16.05.2023 Views

El-sexto-sentido-Ordinales-4-Phavy-Prieto

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

tenía delante y que dudaba se tratase del duque de Savegner.

—Lord Barric Nostrid, yo mismo escribí la carta que imagino debió recibir si

ha venido tan apresuradamente —contestó cortésmente—. Venga conmigo, le

acompañaré hacia los aposentos del duque de Savegner, hace unos días que

está más delicado de salud de lo normal y ahora mismo se encuentra recluido

en su habitación.

—Entiendo —contestó Robert—. ¿Sabe usted porque me ha hecho llamar?

—preguntó creyendo que tal vez consiguiera información antes de

enfrentarse al viejo duque.

—Si —afirmó—. Yo mismo le mencioné que debía hacerlo si pretendía dejar

las cosas atadas antes de su muerte, algo que desde luego no será dentro de

muchos años debido a su salud.

Robert guardó silencio, no supo que decir cuando ni tan siquiera había visto

el estado del duque, pero aquello le llevó a pensar que no pasaría mucho

tiempo antes de convertirse en duque.

—Excelencia. Tiene visita —anunció Lord Barric entrando en la estancia.

Aquel lugar estaba bastante oscuro, apenas iluminado por una densa cortina

que estaba a medio cerrar. La chimenea permanecía encendida y de hecho era

el único lugar aparentemente caldeado de la casa. Desconocía el estado

financiero del duque, pero aparentemente parecía que era de lo más

lamentable.

—¡No quiero recibir a nadie! —exclamó aquella voz ronca antes de irrumpir

en tos que le impedía seguir hablando—. ¡Fuera!, ¡Fuera de aquí!

—Se trata del señor Benedict, lord Savegner. Ha venido porque así se lo ha

pedido usted.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!