25.04.2013 Views

Hubbard, L. Ronald - Dianética - masoneria activa biblioteca

Hubbard, L. Ronald - Dianética - masoneria activa biblioteca

Hubbard, L. Ronald - Dianética - masoneria activa biblioteca

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

ciertas reglas de procedimiento. Además de esas reglas de procedimiento, están la<br />

comprensión, la destreza y la habilidad necesarias para su aplicación.<br />

La <strong>Dianética</strong> es extremadamente sencilla. Esto no significa que algunos casos<br />

no puedan ser extremadamente complicados. Para cubrir en este libro un caso de cada<br />

tipo, se requerirían dos mil millones de casos, y eso abarcaría solamente la población<br />

actual, pues cada individuo es muy diferente a cualquier otro. Su personalidad<br />

inherente es diferente. El conjunto de sus experiencias es diferente. Y sus dinámicas<br />

tienen potencias diferentes. La única constante es el mecanismo del banco reactivo de<br />

engramas, y ése es el único que no varía. El contenido de ese banco es distinto de un<br />

individuo a otro, tanto en cantidad como en intensidad, pero el mecanismo de<br />

funcionamiento del banco y, por tanto, los mecanismos básicos de la <strong>Dianética</strong>, son<br />

constantes de un individuo a otro y lo fueron en toda época y lo serán en el futuro<br />

hasta que el hombre evolucione formando otro organismo.<br />

El blanco es el engrama. Este es también el blanco de la mente analítica del<br />

paciente y de sus dinámicas, mientras trata de vivir su vida: es el blanco de la mente<br />

analítica del auditor y de sus dinámicas. Acorralado y acribillado de este modo,<br />

entrega su almacén de engramas.<br />

Esto debe estar muy claro para todo auditor: en la misma proporción en que<br />

abandona su posición de auditor y olvida el blanco, acumula dificultades que<br />

consumirán su tiempo. En el momento en que cometa el error de pensar que la<br />

persona, la mente analítica o las dinámicas del paciente están oponiendo resistencia,<br />

tratando de detener la terapia o rindiéndose, el auditor habrá cometido el error<br />

fundamental y primario en la práctica de la <strong>Dianética</strong>. Casi todo lo que sale mal tiene<br />

su origen en este error. No puede decirse con suficiente énfasis que la mente analítica<br />

y las dinámicas del paciente nunca, nunca, nunca se oponen al auditor. El auditor no<br />

está ahí para recibir oposición. La única oposición que le interesa es la de los<br />

engramas del paciente (y a veces la de los suyos propios).<br />

El auditor no está ahí como guía o consejero del paciente. No está ahí para ser<br />

intimidado por los engramas del paciente, ni para asustarse por el aspecto de éstos.<br />

Está ahí para auditar y sólo para auditar. Si cree que es necesario que sea arrogante<br />

con el paciente, entonces más le valdría tomar el lugar de éste, pues está empezando a<br />

mostrar un caso de autoritarismo. Se emplea la palabra auditor, y no operador o<br />

terapeuta, porque éste es un esfuerzo de cooperación entre el auditor y el paciente, y<br />

la ley de afinidad está en funcionamiento.<br />

El paciente no puede ver sus propias aberraciones.<br />

Esa es una de las razones por las que el auditor está ahí. El paciente necesita que<br />

se le apoye para enfrentarse a las incógnitas de su vida. Esa es otra razón por la que el<br />

auditor está ahí. El paciente no se atrevería a dirigirse al mundo que tiene dentro y dar<br />

la espalda al mundo que está fuera de él, a menos que tuviera un centinela. Esa es otra<br />

de las razones por las que el auditor se encuentra ahí.<br />

La tarea del auditor es la de proteger a la persona del paciente durante la terapia,<br />

computar las razones de por qué la mente del paciente no puede llegar al banco de<br />

engramas, reforzar el temple del paciente y capturar esos engramas.<br />

En este momento hay presente un caso de triple afinidad con el auditor. Yo<br />

estoy en afinidad con el auditor: le digo todo lo que se ha descubierto y se ha<br />

practicado en <strong>Dianética</strong> y deseo que tenga éxito. El auditor está en afinidad con el<br />

paciente: desea que éste ataque los engramas. El paciente está en afinidad con el<br />

auditor porque, con un mínimo de trabajo, ese paciente va a mejorar y -con la<br />

persistencia que le presta el auditor, más la suya propia-, llegará a ser un liberado o un

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!