Hubbard, L. Ronald - Dianética - masoneria activa biblioteca
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ciertas reglas de procedimiento. Además de esas reglas de procedimiento, están la<br />
comprensión, la destreza y la habilidad necesarias para su aplicación.<br />
La <strong>Dianética</strong> es extremadamente sencilla. Esto no significa que algunos casos<br />
no puedan ser extremadamente complicados. Para cubrir en este libro un caso de cada<br />
tipo, se requerirían dos mil millones de casos, y eso abarcaría solamente la población<br />
actual, pues cada individuo es muy diferente a cualquier otro. Su personalidad<br />
inherente es diferente. El conjunto de sus experiencias es diferente. Y sus dinámicas<br />
tienen potencias diferentes. La única constante es el mecanismo del banco reactivo de<br />
engramas, y ése es el único que no varía. El contenido de ese banco es distinto de un<br />
individuo a otro, tanto en cantidad como en intensidad, pero el mecanismo de<br />
funcionamiento del banco y, por tanto, los mecanismos básicos de la <strong>Dianética</strong>, son<br />
constantes de un individuo a otro y lo fueron en toda época y lo serán en el futuro<br />
hasta que el hombre evolucione formando otro organismo.<br />
El blanco es el engrama. Este es también el blanco de la mente analítica del<br />
paciente y de sus dinámicas, mientras trata de vivir su vida: es el blanco de la mente<br />
analítica del auditor y de sus dinámicas. Acorralado y acribillado de este modo,<br />
entrega su almacén de engramas.<br />
Esto debe estar muy claro para todo auditor: en la misma proporción en que<br />
abandona su posición de auditor y olvida el blanco, acumula dificultades que<br />
consumirán su tiempo. En el momento en que cometa el error de pensar que la<br />
persona, la mente analítica o las dinámicas del paciente están oponiendo resistencia,<br />
tratando de detener la terapia o rindiéndose, el auditor habrá cometido el error<br />
fundamental y primario en la práctica de la <strong>Dianética</strong>. Casi todo lo que sale mal tiene<br />
su origen en este error. No puede decirse con suficiente énfasis que la mente analítica<br />
y las dinámicas del paciente nunca, nunca, nunca se oponen al auditor. El auditor no<br />
está ahí para recibir oposición. La única oposición que le interesa es la de los<br />
engramas del paciente (y a veces la de los suyos propios).<br />
El auditor no está ahí como guía o consejero del paciente. No está ahí para ser<br />
intimidado por los engramas del paciente, ni para asustarse por el aspecto de éstos.<br />
Está ahí para auditar y sólo para auditar. Si cree que es necesario que sea arrogante<br />
con el paciente, entonces más le valdría tomar el lugar de éste, pues está empezando a<br />
mostrar un caso de autoritarismo. Se emplea la palabra auditor, y no operador o<br />
terapeuta, porque éste es un esfuerzo de cooperación entre el auditor y el paciente, y<br />
la ley de afinidad está en funcionamiento.<br />
El paciente no puede ver sus propias aberraciones.<br />
Esa es una de las razones por las que el auditor está ahí. El paciente necesita que<br />
se le apoye para enfrentarse a las incógnitas de su vida. Esa es otra razón por la que el<br />
auditor está ahí. El paciente no se atrevería a dirigirse al mundo que tiene dentro y dar<br />
la espalda al mundo que está fuera de él, a menos que tuviera un centinela. Esa es otra<br />
de las razones por las que el auditor se encuentra ahí.<br />
La tarea del auditor es la de proteger a la persona del paciente durante la terapia,<br />
computar las razones de por qué la mente del paciente no puede llegar al banco de<br />
engramas, reforzar el temple del paciente y capturar esos engramas.<br />
En este momento hay presente un caso de triple afinidad con el auditor. Yo<br />
estoy en afinidad con el auditor: le digo todo lo que se ha descubierto y se ha<br />
practicado en <strong>Dianética</strong> y deseo que tenga éxito. El auditor está en afinidad con el<br />
paciente: desea que éste ataque los engramas. El paciente está en afinidad con el<br />
auditor porque, con un mínimo de trabajo, ese paciente va a mejorar y -con la<br />
persistencia que le presta el auditor, más la suya propia-, llegará a ser un liberado o un