Hubbard, L. Ronald - Dianética - masoneria activa biblioteca
Hubbard, L. Ronald - Dianética - masoneria activa biblioteca
Hubbard, L. Ronald - Dianética - masoneria activa biblioteca
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
en los genitales o en las glándulas. La terapia dianética demostraría la presencia de un<br />
intento de aborto o de una existencia prenatal igualmente espantosa, y aclararía al<br />
individuo.<br />
El caso de la criatura que, mientras esto se está leyendo, todavía no ha nacido,<br />
pero en la que se intentó el aborto, no es desesperado. Si se le trata decentemente<br />
cuando haya nacido, y si no se le reestimula haciéndole testigo de disputas, crecerá y<br />
engordará hasta la edad de ocho años, que es cuando puede aclararse. Probablemente<br />
se sobresaltará mucho al saber la verdad, pero ese sobresalto y cualquier antagonismo<br />
que éste incluya se desvanecerán cuando se haya aclarado, y el amor por sus padres<br />
será mucho mayor que antes.<br />
Todas estas cosas son hechos científicos, probados, comprobados y vueltos a<br />
probar. Y con ellos se puede producir un claro, del cual depende el futuro de nuestra<br />
raza.<br />
Capítulo OCHO El contagio de la aberración<br />
La enfermedad es contagiosa. Los microbios, viajando de un individuo a otro,<br />
deambulan por toda la sociedad sin respetar a nadie, hasta que se les detiene con<br />
sulfamidas o penicilina.<br />
Las aberraciones son contagiosas. Al igual que los gérmenes, no respetan a<br />
nadie y siguen adelante de individuo en individuo, de padres a hijos, sin hacer<br />
excepciones, hasta que la <strong>Dianética</strong> las detiene.<br />
La gente del pasado suponía que debía existir la demencia genética, porque<br />
podía observarse que los hijos de padres aberrados con frecuencia estaban aberrados<br />
también. Sí hay demencia genética, pero está limitada a los casos en que realmente<br />
faltan partes. Un porcentaje muy reducido de la demencia cae en esta categoría, y su<br />
manifestación es la estupidez o la falta de coordinación, y, aparte de esto, no tiene<br />
ninguna cualidad aberrativa (estas personas reciben engramas que complican sus<br />
casos).<br />
El contagio de la aberración es demasiado sencillo, en principio, para que aquí<br />
se trabaje mucho sobre el tema. En <strong>Dianética</strong> aprendemos que solamente los<br />
momentos de "inconsciencia", cortos o largos y de mayor o menor profundidad,<br />
pueden contener engramas. Cuando una persona se queda "inconsciente", la gente que<br />
la rodea reacciona más o menos a los dictados de sus engramas: de hecho, la<br />
"inconsciencia" es causada muy ordinariamente por la dramatización de alguien. Un<br />
claro, por tanto, podría perder el conocimiento por culpa de un aberrado que está<br />
dramatizando, y esta dramatización del engrama del aberrado puede penetrar como<br />
engrama en el claro.<br />
La mecánica es sencilla. Las personas que están bajo tensión, si están aberradas,<br />
dramatizan engramas. Tal dramatización puede incluir la lesión de otra persona y<br />
dejarla en un estado más o menos "inconsciente". La persona "inconsciente" recibe la<br />
dramatización como engrama.<br />
No es ésta la única forma en que una aberración puede contagiarse. Las<br />
personas que están en las mesas de operaciones bajo anestesia, están sometidas a la<br />
conversación más o menos aberrada de los que estén presentes. Esta conversación<br />
penetra en la persona "inconsciente" en forma de engrama. Igualmente, en el lugar del