Hubbard, L. Ronald - Dianética - masoneria activa biblioteca
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preclaro puede interpretar esto como que significa que no se va a librar de sus<br />
engramas.<br />
Otra computación así es la computación de la estupidez, en donde el preclaro<br />
comienza a creer que élserá estúpido o perderá la cabeza si le entrega los engramas.<br />
Esto viene, por ejemplo, de la madre que dice que perderá la cabeza si pierde al niño:<br />
ella llama al niño "lo". Toda una cadena de éstos puede aparecer en un caso, dándole<br />
al preclaro la idea de que si se desprende de alguno de estos engramas perderá la<br />
cabeza. Esta es la razón principal de que hubiera escuelas en el pasado que creían que<br />
la mente estaba compuesta de neurosis en vez de una personalidad inherente. Los<br />
engramas, aun siendo desconocidos, parecían muy valiosos, lo que no son; ninguno<br />
de ellos.<br />
Otra computación totalmente diferente es la del secreto. Al preclaro le parece<br />
que su vida depende de guardar algún secreto. Esto es frecuente en un caso en el que<br />
la madre ha tenido un amante. Tanto la madre como el amante exigen secreto. El<br />
preclaro, obedeciendo órdenes engrámicas, cree que tiene mucho que perder si cuenta<br />
este secreto, aun cuando aquéllos que lo impusieron ni siquiera eran conscientes de<br />
que él estaba presente; o, si lo sabían, no eran conscientes de que estaba<br />
"escuchando". Una computación de secreto procede de que la madre teme contar al<br />
padre que está embarazada. Si la madre es una aliada del niño,, entonces el niño se<br />
aferrará enormemente a este tipo de engrama.<br />
Todos los casos tienen una computación o más que obstaculiza la entrega de<br />
engramas. Algunos tienen todas las anteriores y más. Esto no es de gran preocupación<br />
para el auditor, pues mediante técnica repetitiva puede abrir el banco de engramas.<br />
Drogas<br />
Los llamados hipnóticos no tienen gran utilidad en <strong>Dianética</strong>, excepto en<br />
ocasiones en que un paciente sea psicopático y se utilice el narcoanálisis. Por<br />
hipnóticos se entienden preparados como el fenobarbital, hyoscina, opio, etc. Estas<br />
drogas productoras de sueño son indeseables, excepto como sedantes, y deben ser<br />
administradas como tales únicamente por un médico. Cualquier paciente que necesite<br />
un sedante es asunto de su médico. Por tanto, el auditor no debe ocuparse de<br />
hipnóticos ni de nada que produzca sueño. Algunos preclaros suplicarán que se les<br />
den drogas para dormir con el fin de "facilitar la terapia", pero una droga así es un<br />
anestésico y reduce los somáticos, impidiendo la terapia. Además, con nadie, excepto<br />
con el demente, se debe trabajar en trance amnésico, especialmente en trance de<br />
drogas, pues el trabajo es más largo de lo necesario, y los resultados lentos, como se<br />
explica en otra parte. La <strong>Dianética</strong> despierta a la gente; no intenta drogarles o<br />
hipnotizarles. De aquí que la droga hipnótica sea inútil para el auditor.<br />
A los pacientes que desean que se les golpee con tuberías de plomo, o que se les<br />
ponga en trance de alguna otra manera, no se les debe permitir que se salgan con la<br />
suya, aun cuando humorísticamente se presenten con sus propias tuberías de plomo.<br />
El truco es poner al "yo" en contacto con el archivero. Todos los hipnóticos<br />
actúan suspendiendo al "yo".<br />
Aunque se pueda llegar de esta manera al archivero y estén disponibles el<br />
sónico y el visual, y aun cuando, con mucho trabajo, se pueda lograr así un<br />
aclaramiento, incluso con el caso más "perdido" se trabaja mejor en contacto; el<br />
trabajo es más rápido, más satisfactorio y menos problemático.