Hubbard, L. Ronald - Dianética - masoneria activa biblioteca
Hubbard, L. Ronald - Dianética - masoneria activa biblioteca
Hubbard, L. Ronald - Dianética - masoneria activa biblioteca
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
éste, y estate seguro, si ése es el caso, de que habrá cantidad de aliados, porque la<br />
criatura los había buscado en cada herida y en cada golpe. Pero no encontrarás a los<br />
aliados mediante simples preguntas. La mente re<strong>activa</strong> considera que son oro puro,<br />
aun cuando los engramas en los que aparecen tengan suficientes somáticos como para<br />
arruinar a una persona de por vida. Ella esconde a los aliados. El auditor debe<br />
buscarlos mediante descarga de emoción dolorosa. La muerte, partida o negación por<br />
parte de un aliado es ciertamente un engrama de emoción dolorosa. De una manera u<br />
otra, trabajando sobre ello desde engramas posteriores de emoción dolorosa o desde<br />
engramas anteriores de dolor físico, finalmente se descubrirá al aliado y se podrá<br />
archivar como recuerdo en los bancos estándares y borrarse como enfermedad en el<br />
banco de engramas.<br />
La solución de las enfermedades psicosomáticas crónicas se encuentra<br />
principalmente en el campo de engramas de compasión. Sin embargo, éstas no se<br />
borrarán pronto, pues son el último bastión tras el cual se agazapa la mente re<strong>activa</strong><br />
observando el ataque de los antagonistas a las defensas exteriores. La emoción<br />
dolorosa por pérdida de aliados, a veces no sólo encubre a los aliados, sino también a<br />
los antagonistas. El engrama de compasión no es en absoluto la única fuente de la<br />
enfermedad psicosomática, pero es la fuente de la enfermedad psicosomática crónica.<br />
A propósito, nada de esta disertación sobre aliados debe interpretarse en el<br />
sentido de que no se debe demostrar amor a una criatura. Los observadores en el<br />
pasado llegaron a conclusiones cuestionables cuando pensaron que la demostración<br />
de afecto aberraba a una criatura. La falta de afecto puede matarla, pero lo contrario<br />
es falso. La única forma en que un aliado puede aberrar a una criatura es hablando y<br />
compadeciendo a un niño que esté muy enfermo o "inconsciente" por una lesión. Si<br />
hace esto, está contaminando la personalidad del niño con la suya propia, y crea la<br />
posibilidad de enfermedad psicosomática y aberración, y en general puede incapacitar<br />
al niño de por vida (excepto con la <strong>Dianética</strong>, naturalmente). Ama al máximo a tu hijo<br />
y haz por él todo lo que puedas cuando esté sano. Haz con él lo que quieras cuando<br />
esté bien, y dile lo que quieras. Cuando esté enfermo o lastimado, lo mejor que<br />
puedes hacer es, como dijo el contramaestre: "remiéndalo y cierra esa maldita boca".<br />
Signos<br />
La historia del amuleto mágico, el talismán de la suerte, la creencia en el<br />
hechizo y el largo catálogo de fetiches, los objetos y ademanes que uno conserva por<br />
cariño, son los "bienamados" de la mente re<strong>activa</strong>.<br />
No hay nada de malo en un hombre que tiene llamas en el vestíbulo, o que lleva<br />
tirantes morados y verdes, o en frotar tomas de agua para tener suerte; ni hay nada de<br />
malo en suspirar por la zapatilla robada a una dama o fumar puritos Pittsburg.<br />
Cualesquiera derechos del hombre deben permitir tales excentricidades. Pero el<br />
auditor puede usar estos datos para detectar informacion vital.<br />
En <strong>Dianética</strong>, el término signo está definido para abarcar los objetos y hábitos<br />
que una persona o sociedad conserva, sin saber que son una extensión de un aliado.<br />
Mediante pensamiento de identidad hay reestimuladores asociativos para cada<br />
reestimulador del entorno: aquellas cosas conectadas con el reestimulador.<br />
Desconociendo el tema, la mente analítica, alertada por una reacción física de que hay<br />
cerca un reestimulador de algo, coge entonces al reestimulador asociativo, pero no<br />
distingue al reestimulador real. (En el libro segundo, la señal que hacía al joven<br />
quitarse la chaqueta era un toque de la corbata; él no citó la corbata en su queja. Lo