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Hubbard, L. Ronald - Dianética - masoneria activa biblioteca

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En la mente humana, el engrama adopta su aspecto más potente de "ayuda" en el<br />

maníaco, canalizando y ordenando al organismo hacia la consecución de alguna<br />

actividad de gran violencia y concentración monomaníaca. El "supervendedor", el<br />

tipo violentamente jovial que se "alegra muchísimo de verte", el partidario religioso<br />

fanático y aparentemente indestructible, son clasificables como maníacos. La<br />

abundancia de "poder" en estas personas, aun cuando sean tan macabras como la de<br />

Torquemada o tan destructivas como la de Genghis Khan, es objeto de admiración en<br />

muchos sitios. El maníaco, como se verá más adelante, es una orden<br />

"prosupervivencia" de "ayuda" que hay en un engrama, la cual, sin embargo, fija al<br />

individuo en una dirección determinada. Pero un engrama sólo es capaz de tanto<br />

"poder" como haya presente en el huésped, así como sólo es capaz de anular la<br />

cantidad de analizador que haya presente.<br />

Tomemos a un maníaco poderoso que esté exhibiendo y funcionando con 500<br />

unidades arbitrarias de fuerza vital. Supongamos que todo el ser posee 1000 unidades<br />

arbitrarias de fuerza vital. Supón que tenemos a un Alejandro. Las dinámicas de la<br />

persona normal en la mayoría de los casos no están ayudadas por órdenes maníacas,<br />

sino que son dispersadas, como una corriente de electrones podría ser dispersada por<br />

un obstáculo ante ella. Aquí tenemos actividad dispersa, pensamientos dispersos,<br />

problemas incomputables, falta de alineamiento. En una persona así, con 1000<br />

unidades presentes, 950 de esas unidades podrían estar atrapadas de tal modo en los<br />

bancos de engramas, y sin embargo estar actuando tan completamente en contra, que<br />

la persona desplegara una capacidad de funcionar de sólo 50 unidades. En el caso de<br />

Alejandro, podría suponerse que la orden maníaca debe haber sido un alineamiento en<br />

la dirección general de sus propios propósitos básicos. Su propósito básico es ser un<br />

fuerte legislador; la orden maníaca resulta estar aliada con esto. Una persona de gran<br />

capacidad y valor personal toma posesión de 500 unidades mediante un engrama<br />

maníaco; cree que es un dios, y sale y conquista el mundo conocido. Fue educado<br />

para creer que era un dios; su engrama maníaco decía que era un dios y contenía un<br />

retenedor. Alejandro conquistó el mundo y murió a los 33 años de edad. Se pudo<br />

aferrar a su engrama maníaco solamente mientras éste podía ser obedecido; cuando ya<br />

no podía ser obedecido, éste cambió su valencia, dejó de ser maníaco, y le impulsó,<br />

mediante dolor, a actividades dispersas. El engrama, recibido de su madre, Olympia,<br />

casi puede leerse incluso después de tanto tiempo. Debió haberle dicho que él sería un<br />

dios alegre que conquistaría todo el mundo y que debería seguir conquistando; que<br />

siempre tendría que esforzarse por subir más y más alto. Probablemente fue alguna<br />

clase de canto ritual de su madre, que era una importante sacerdotisa de Lesbos y que<br />

debió haber recibido alguna lesión justo antes del ritual. Ella odiaba a su esposo<br />

Filipo. La respuesta era un hijo que lo conquistara todo. Alejandro bien podía haber<br />

tenido cincuenta o cien de estos engramas de "ayuda": el rezo violento de una mujer<br />

lo suficientemente aberrada como para asesinar. De esta manera, podría suponerse<br />

que conquistó hasta que ya no pudo estirar más la línea de suministros para<br />

conquistar, en cuyo momento, naturalmente, ya no podía obedecer al engrama, y su<br />

fuerza de dolor se volvería contra él. Los engramas dictaban atacar para conquistar y<br />

reforzaban la orden con dolor: una vez que ya no podía lograrse la conquista, el dolor<br />

atacó a Alejandro. Un día se dio cuenta de que estaba muriéndose; al cabo de una<br />

semana estaba muerto, estando en la cumbre de su poder. Así es, a gran escala, una<br />

frase maníaca en un engrama en funcionamiento.<br />

Ahora supongamos que Alejandro, educado solamente para volverse contra su<br />

padre, con sólo rezos -no engramas- para hacer que conquistara el mundo, hubiese<br />

sido aclarado. La respuesta sería que, habiéndosele dado una razón suficiente y<br />

racional, seguro que habría sido capaz de conquistar el mundo, y bien hubiera podido

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