Hubbard, L. Ronald - Dianética - masoneria activa biblioteca
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El auditor debe mantener al día un cuaderno con todos los negadores,<br />
desorientadores, retenedores, rebotadores y agrupadores que descubra, cada uno bajo<br />
su propio encabezado. De esta manera lo añade al material que puede usar para la<br />
técnica repetitiva cuando ve que algo anda mal con la forma en que el paciente se<br />
mueve en la línea temporal. Pero hay otras cuatro clases de frases que también debe<br />
estudiar y anotar: cierres, exageradores, descarriladores y fábricas de mentiras.<br />
También puede agregar más tipos.<br />
Descubrirá en engramas enormes cantidades de mandatos que pueden lograr<br />
estos diversos aspectos. Debe estar particularmente interesado en los cierres de dolor<br />
y emoción y en los exageradores, o sea, aquellos mandatos engrámicos que dan el<br />
aspecto de demasiado dolor y demasiada emoción. No hay razón para dar aquí<br />
muchos de estos mandatos. Siendo el lenguaje tal como es, son muy variados.<br />
Son posibles muchas combinaciones. Se puede encontrar un paciente que llora<br />
por las cosas más triviales una vez que tiene el lenguaje y que, sin embargo, tenga<br />
pocos o ningún somático. Esto lo pueden causar varias cosas. Bien sea que haya<br />
tenido una madre o un padre que lloraron durante nueve meses antes de que naciera, o<br />
tiene funcionando un exagerador que ordena que sea emotivo por todo: "demasiada<br />
emoción". En combinación con esto, el paciente puede tener algo que dice que no<br />
puede sentir dolor, que no le puede doler o aun que no puede sentir.<br />
Un paciente que tiene dolor y sufre, pero que no puede llorar, tendría un juego<br />
inverso de mandatos: tiene una orden de "sin emoción" al principio de su línea<br />
temporal, o tiene una larga cadena de estas órdenes y, pese a eso, tiene mandatos que<br />
dictan un exceso de dolor: "No puedo soportar el dolor", "el dolor es demasiado<br />
fuerte", "siempre siento que estoy agonizando", etc. Por otra parte, "me siento mal" es<br />
un bloqueo porque dice que algo anda mal con el mecanismo que siente e implica<br />
incapacidad de sentir.<br />
Tanto el dolor como la emoción se pueden exagerar por el mandato. Pero es<br />
algo peculiar que el cuerpo no elabora el dolor que se siente. Todo dolor que se sienta<br />
es genuino, aunque esté exagerado. No existe el dolor imaginario. Una persona<br />
solamente "imagina" algún dolor que en realidad sintió. No puede imaginar un dolor<br />
que no haya sentido. Puede "imaginar" el dolor algún tiempo después del incidente<br />
real, pero si siente dolor, sin importar el grado de psicosis de la persona, la existencia<br />
de ese dolor se encontrará en alguna parte de su línea temporal. Se han llevado a cabo<br />
cuidadosos experimentos científicos en <strong>Dianética</strong> para establecer este valioso hecho.<br />
Tú mismo podrás probarlo pidiéndole al paciente que sienta diversos dolores,<br />
"imaginándolos" en tiempo presente. Los sentirá, siempre y cuando le pidas que<br />
sienta dolores que realmente haya sufrido. Alguna vez observarás que el paciente es<br />
incapaz de sentir realmente el dolor que está tratando de "imaginarse". Ya sea que se<br />
dé cuenta de ello o no, tiene un dolor dondequiera que se lo "imagine", y simplemente<br />
te está haciendo un retorno de la banda somática a menor escala.<br />
Este aspecto del dolor es bastante interesante, ya que muchos pacientes alguna<br />
que otra vez en sus vidas fingieron ante su familia o ante el mundo que tenían un<br />
dolor. Cuando efectuaba este "fingimiento", el paciente pensaba que estaba<br />
mintiendo. En la terapia el auditor puede utilizar estas "imaginaciones", porque<br />
conducen directamente a un engrama de compasión y lesión verdadera. Además, estos<br />
dolores "imaginarios" generalmente se representan para la persona o pseudopersona<br />
que era el aliado de compasión en el momento engrámico. De esta manera, si un niño<br />
siempre le fingía a su abuela y pensaba que estaba fingiendo que tenía mal una<br />
cadera, al final se descubrirá que en alguna ocasión anterior se había lastimado esa<br />
misma cadera y había recibido compasión durante el momento engrámico que ahora