Hubbard, L. Ronald - Dianética - masoneria activa biblioteca
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Propiciación<br />
En el proceso de trabajo, se pasará por una etapa, en el nivel superior de apatía,<br />
de propiciación. Esta conciliación es un esfuerzo por aplacar a una fuerza totalmente<br />
destructiva o sacrificarse por ella. Es un estado en que el paciente, con profundo<br />
temor de otro, ofrece regalos caros y palabras suaves, pone la otra mejilla, se ofrece a<br />
sí mismo como víctima y, en general, hace el ridículo.<br />
Muchos, muchos matrimonios, por ejemplo, no son matrimonios por amor sino<br />
por ese mezquino sustituto, la propiciación. La gente tiene el hábito de casarse con<br />
gente que tiene mentes re<strong>activa</strong>s similares. Esto es desgraciado, pues esos<br />
matrimonios son destructivos para ambos cónyuges. Ella tiene un cierto conjunto de<br />
aberraciones que cuadran con las de él. Ella es pseudomadre; él es pseudopadre. Ella<br />
tuvo que casarse con él porque su padre trató de asesinarla antes de que naciera. El<br />
tuvo que casarse con ella porque su madre le golpeaba cuando era un niño. Por<br />
increíble que parezca, estos matrimonios son muy frecuentes: uno u otro de los<br />
cónyuges se vuelve mentalmente enfermo, o ambos pueden deteriorarse. El es infeliz;<br />
su entusiasmo se ha destruido; ella es desgraciada. Cualquiera de ellos, con otro<br />
cónyuge, podría ser una persona feliz; sin embargo, debido al miedo, no se pueden<br />
separar. Deben propiciarse mutuamente.<br />
Al auditor que encuentra un matrimonio en esta condición e intenta tratar a uno<br />
de los cónyuges, más le vale tratar a ambos simultáneamente. O más les vale a esos<br />
cónyuges tratarse mutuamente, y pronto. La tolerancia y la comprensión casi siempre<br />
se fomentan con la ayuda mutua.<br />
Se menciona aquí la propiciación porque tiene valor de diagnóstico. Las<br />
personas que empiezan a traer al auditor regalos caros le están propiciando, y eso<br />
probablemente significa que ellos tienen una computación que les dice,<br />
engrámicamente, que morirán o se volverán locos si se curan. Puede que el auditor<br />
disfrute de los regalos, pero más le vale comenzar a buscar un engrama de compasión<br />
del que todavía no se ha sospechado ni se ha tocado.<br />
Amor<br />
Probablemente, ningún tema individual en las preocupaciones del hombre ha<br />
recibido tanta atención como el amor.<br />
No es mentira que, donde uno encuentra la mayor polémica, ahí encontrará<br />
también la menor comprensión. Y donde los hechos son menos precisos, ahí<br />
encontrará también las mayores discusiones. Y así sucede con el amor.<br />
Sin duda, el amor ha arruinado más vidas que la guerra y ha hecho más<br />
felicidades que todos los sueños del paraíso.<br />
Enredado con un millar de canciones al año y sumergido bajo un montón de<br />
toneladas de literatura barata, el amor debería tener una oportunidad adecuada para<br />
ser definido.<br />
Se ha descubierto que hay tres clases de amor entre la mujer y el hombre: de la<br />
primera se ocupa la ley de afinidad, y es el afecto con el que la humanidad apoya a la