Hubbard, L. Ronald - Dianética - masoneria activa biblioteca
Hubbard, L. Ronald - Dianética - masoneria activa biblioteca
Hubbard, L. Ronald - Dianética - masoneria activa biblioteca
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Consideremos el sistema de monitor en función de las unidades de atención, de<br />
las que se podría suponer que el hombre tiene más de mil. De esta manera, mil<br />
posibles unidades de atención estarían a disposición del "yo" del claro. En el<br />
aberrado, probablemente cincuenta están disponibles para el "yo", quinientas o<br />
seiscientas están absorbidas por los engramas reactivos y el resto se utiliza<br />
diversamente, aparte de componer este mecanismo que llamamos el monitor del<br />
banco, o archivero.<br />
Parece como si el archivero de un aberrado prefiriese trabajar con el auditor a<br />
trabajar con el aberrado. Eso puede parecer un hecho sorprendente, pero es un hecho<br />
científico. El archivero trabaja mejor, pues, cuando está seleccionando datos del<br />
banco del preclaro para ofrecérselos al auditor. Este es un aspecto de la ley de<br />
afinidad. El archivero del "yo" y el auditor son un equipo y muy a menudo trabajan en<br />
tan estrecha armonía, sin el suficiente consentimiento del analizador del preclaro, que<br />
no se nota.<br />
Como más fácilmente se consigue el retorno en el aberrado es con el auditor<br />
dirigiéndose al archivero, no al paciente. Esto se puede hacer realmente con el<br />
paciente completamente despierto. El auditor le pide información, le dice que regrese<br />
a ella. El "yo", de repente, está en posesión de todo el archivo. Algo dentro de la<br />
mente trabaja entonces en estrecha armonía con el auditor, y trabaja mejor para el<br />
auditor de lo que lo hace para la persona en cuya mente está. Ese es el archivero.<br />
El objetivo del auditor es coger lo que el archivero le entrega y evitar que el<br />
archivero sea absorbido por datos reactivos. Una vez que los datos han sido<br />
entregados por el archivero, es asunto del auditor ver que el preclaro los repase el<br />
suficiente número de veces para quitarle la carga. El mecanismo para hacer esto es<br />
extremadamente simple. Para facilitar las cosas y ayudar al preclaro a evitar la<br />
distracción, el auditor sigue una rutina en cada sesión que dispone al paciente a dejar<br />
trabajar al archivero.<br />
El paciente se sienta en una silla cómoda con brazos, o se acuesta en un sofá en<br />
una habitación silenciosa, donde las distracciones de percepción sean mínimas. El<br />
auditor le pide que mire al techo. El auditor dice: "Cuando cuente desde uno hasta<br />
siete, tus ojos se cerrarán". Entonces el auditor cuenta desde uno hasta siete y sigue<br />
contando tranquila y plácidamente hasta que el paciente cierra los ojos. Se notará un<br />
temblor en las pestañas en la evocación óptima.<br />
Esta es toda la rutina. Considérala como una señal de que comenzarán los<br />
procedimientos, y como un medio para concentrar al paciente en sus propios asuntos<br />
y en el auditor más que en otra cosa. Esto no es hipnotismo. Es completamente<br />
diferente. En primer lugar, el paciente sabe todo lo que está sucediendo a su<br />
alrededor. No está "dormido", y puede salir de esta situación cuando lo desee. Es libre<br />
de moverse, pero el auditor, normalmente, no le permite fumar, debido a que esto<br />
distrae al paciente.<br />
El auditor se asegura bien de que el paciente no está hipnotizado, diciéndole<br />
antes de empezar a contar: "Sabrás todo lo que pase. Podrás recordar todo lo que<br />
suceda. Puedes ejercer tu propio control. Si no te gusta lo que está pasando, podrás<br />
salir inmediatamente de ello. Ahora, uno, dos, tres, cuatro..."<br />
Para asegurarse doblemente, porque no deseamos hipnotismo, ni siquiera por<br />
accidente, el auditor instala un cancelador. Este es un paso extremadamente<br />
importante y no debe omitirse, aun cuando se estuviera totalmente seguro de que el<br />
paciente no está de ningún modo influenciado por tus palabras. El auditor puede,<br />
inadvertidamente, usar un lenguaje reestimulante que active un engrama.