Hubbard, L. Ronald - Dianética - masoneria activa biblioteca
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otra persona; la otra es la exteriorización, en la que la emoción dolorosa está presente<br />
en tal cantidad que el paciente no puede ocupar su propio lugar. Esa emoción<br />
dolorosa puede proceder de incidentes pasados o futuros con respecto al momento en<br />
que el paciente está presenciando una escena a la que fue retornado dianéticamente.<br />
Después de varios relatos de la escena, el paciente se acercará más y más a la<br />
ocupación de su cuerpo, hasta que al final ve la escena desde el interior de su cuerpo.<br />
A veces no tiene lugar ninguna descarga emocional (lágrimas, etc.) hasta que el<br />
paciente haya repasado el incidente varias veces y hasta que esté dentro de su propio<br />
cuerpo. Es como si, retornado, tuviera que explorar el terreno para averiguar si era<br />
seguro ocupar su propio lugar. Si después de varios relatos no acaece una descarga,<br />
por ejemplo de lágrimas, entonces la emoción está retenida en otra parte, anterior o<br />
posteriormente, pero generalmente mucho más tarde. Para las intenciones y<br />
propósitos del auditor, la exteriorización a causa de la emoción es lo mismo que la<br />
exteriorización a causa de un dolor físico. Cuando se encuentra con un caso que está<br />
completamente exterior por toda la línea temporal, hacia adelante y hacia atrás, debe<br />
enfocar su destreza hacia la descarga de momentos de emoción dolorosa.<br />
Todos los pacientes parecen tener la idea de que el tiempo cura y de que algún<br />
suceso de hace diez o veinte años ya no tiene ningún efecto sobre ellos. El tiempo es<br />
un gran charlatán y no un gran sanador, como se ha dicho antes. El tiempo se altera<br />
con los procesos de crecimiento y decadencia; además, el entorno introduce nuevas<br />
caras y actividades y altera así los reestimuladores: un momento de emoción dolorosa<br />
en el pasado tiene -como cualquier otro engrama- sus propios reestimuladores y,<br />
además, mantiene <strong>activa</strong>dos todos los engramas antiguos que se relacionan con él, de<br />
manera que también funcionan los reestimuladores de éstos. Todo reestimulador tiene<br />
un conjunto de reestimuladores que la mente analítica -la cual no puede ver al<br />
reestimulador verdaderoasocia a él. Todo esto crea un modelo complejo, pero sólo es<br />
complejo en la terapia si uno no conoce la fuente de la aberración. Si el auditor<br />
retorna al paciente a cualquier momento de emoción dolorosa en el pasado y lo<br />
recorre como un engrama, descubrirá que toda su carga original está presente y se<br />
descargará.<br />
Por lo general, encontrará que el paciente huye de toda idea de entrar en el<br />
engrama real: el preclaro puede tratar de detallar todo tipo de curiosidades, sus<br />
propios pensamientos, las razones de porqué ya no es doloroso para él, y así<br />
sucesivamente. Estos pensamientos o datos anteriores al hecho y posteriores a él son<br />
tan útiles para recorrer un engrama como lo es una disertación sobre "fantasías<br />
infantiles" para el problema de eliminar aberraciones de la mente humana. El auditor<br />
que preste atención a estas "razones" y a estos "yo recuerdo que..." en lugar de<br />
recorrer el engrama en sí, no conseguirá que su paciente mejore y desperdiciará<br />
valiosas horas de terapia. Un auditor que haga esto pertenece a la escuela de<br />
pensamiento de "dar consuelo", que cree que la compasión tiene valor. Su lugar no es<br />
la silla del auditor. Es perder tiempo, perder un tiempo valioso, el escuchar cualquier<br />
cosa que el paciente pensó, dijo, hizo o creyó, cuando debería estar entrando en el<br />
engrama y recorriéndolo como un engrama. Realmente hay necesidad de averiguar, a<br />
partir de la charla del paciente, dónde está el engrama; pero una vez que está<br />
localizado, todo lo demás es superfluo.<br />
Toma un momento en que se notifica a un niño de la muerte de sus padres. El<br />
auditor se entera de que los padres murieron cuando el niño tenía dos años de edad.<br />
Entonces, él puede deducir, sin más molestias o preguntas, que alguien debe haberle<br />
hablado al paciente sobre la muerte de sus padres, y que hubo un momento preciso en<br />
que este paciente, entonces un niño, se enteró de esa muerte. Al relatar el asunto en<br />
tiempo presente -sin ser retornado-, el paciente está utilizando todos los años