Hubbard, L. Ronald - Dianética - masoneria activa biblioteca
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<strong>Dianética</strong>. El trabajo puede hacerse con eficiencia. Hacer que el paciente esté cómodo<br />
es una pérdida de tiempo. Ofrecerle compasión puede enredar todo el caso, porque<br />
sus peores engramas serán engramas de compasión, y la compasión puede<br />
reestimularlos más de la cuenta. El auditor que se permite "consolar", no importa lo<br />
indicada que parezca esta actitud, está perdiendo el tiempo y retrasando el caso. La<br />
rudeza indebida no está indicada. Una actitud amable, alegre y optimista se hará cargo<br />
de todo. A veces, un preclaro necesita una sonrisa amplia. Pero ya ha recibido más<br />
"consuelo" del que el analizador haya podido computar.<br />
Su enfermedad psicosomática crónica contiene compasión en su engrama.<br />
Lo siguiente que el auditor debe saber y con lo cual vivir es el código del<br />
auditor. Esto puede sonar a algo así como "el esplendor de las órdenes de caballería",<br />
o bien "trece rituales para alcanzar la bienaventuranza celestial y el nirvana", pero a<br />
menos que él lo emplee en sus pacientes, pasará un mal rato. Este código no está<br />
hecho para la comodidad del preclaro; es exclusivamente para la protección del<br />
auditor.<br />
El código del auditor jamás debe violarse. La práctica en <strong>Dianética</strong> ha<br />
demostrado que la sola violación del código del auditor puede obstruir los casos.<br />
El auditor debe ser cortés en el trato con todos los preclaros.<br />
El auditor debe ser amable, no permitiéndose ningún privilegio de crueldad<br />
hacia los preclaros, ni rindiéndose a ningún deseo de castigar.<br />
El auditor debe estar callado durante la terapia, no entregado a hablar más de lo<br />
que es absolutamente esencial en <strong>Dianética</strong> durante una sesión real.<br />
El auditor debe ser digno de confianza, manteniendo su palabra cuando la haya<br />
dado, cumpliendo los horarios de sus citas y sus compromisos de trabajo, y no<br />
haciendo ningún tipo de compromiso cuando tenga la más ligera sospecha de que<br />
quizá no pueda cumplirlo.<br />
El auditor debe ser valiente, nunca cediendo terreno o violando los fundamentos<br />
de la terapia. porque un preclaro piense que debiera hacerlo.<br />
El auditor debe ser paciente en su trabajo, no inquietándose o enojándose a<br />
causa del preclaro, no importa lo que el preclaro haga o diga.<br />
Es interesante el hecho de que el código del auditor, salvo en su última cláusula,<br />
expone el modelo de conducta de supervivencia del hombre. El claro opera más o<br />
menos automáticamente según este código, La <strong>Dianética</strong> es paralela al pensamiento,<br />
ya que sigue las leyes naturales del pensamiento. Lo que funciona en <strong>Dianética</strong>,<br />
funciona también en la vida.<br />
El auditor debe ser concienzudo, no permitiendo jamás que se influya en su plan<br />
de trabajo o que se eluda una carga.<br />
El auditor debe ser persistente, no desistiendo jamás hasta haber alcanzado los<br />
resultados.<br />
El auditor no debe ser comunicativo, jamás debe dar al paciente información<br />
alguna sobre su caso, incluyendo evaluaciones de datos o estimaciones adicionales<br />
del tiempo necesario para la terapia.<br />
Cuando se viola cualquiera de los puntos antes citados se presentan diversas<br />
situaciones. Todas las violaciones demoran la terapia y aumentan el trabajo del<br />
auditor. Todas las violaciones redundan en detrimento del auditor.<br />
Por ejemplo, de ningún modo es parte del trabajo del auditor informar al<br />
preclaro sobre nada. Tan pronto como empiece a hacerlo, el preclaro se aferra<br />
rápidamente al auditor como la fuente de información, y evita así los engramas.