25.04.2013 Views

Hubbard, L. Ronald - Dianética - masoneria activa biblioteca

Hubbard, L. Ronald - Dianética - masoneria activa biblioteca

Hubbard, L. Ronald - Dianética - masoneria activa biblioteca

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

visuales, se han atribuido a la naturaleza inherente de la persona o a deficiencia<br />

orgánica, o bien no se les ha asignado ningún lugar en absoluto.<br />

Análogamente, los olores, las sensaciones táctiles, las percepciones orgánicas, el<br />

dolor y la pesadez, varían ampliamente y sin razón aparente de persona a persona.<br />

Una verificación superficial entre sus amigos demostrará a cualquiera que existen<br />

inmensas diferencias de percepción frente a estímulos idénticos. Para uno, el olor del<br />

pavo en el horno es maravilloso; otro lo huele con indiferencia; y puede que otro ni<br />

siquiera lo huela. Y puede que algún otro mantenga, en último extremo, que el pavo<br />

asándose huele exactamente igual que el fijador para el cabello.<br />

Hasta que obtenemos claros, permanece confuso porqué han de existir estas<br />

diferencias. Porque en su mayor parte, esta extravagante calidad y cantidad de<br />

percepción se debe a la aberración. Debido a las experiencias agradables del pasado y<br />

a la sensibilidad inherente, habrá cierta diferencia entre los claros; y no se debe<br />

suponer maquinalmente que la respuesta de un claro sea un término medio<br />

estandarizado y ajustado, esa pálida y detestable meta de las doctrinas del pasado. El<br />

claro obtiene una respuesta máxima, compatible con su propio deseo de respuesta.<br />

Una mecha ardiendo sigue oliéndole peligrosa, pero no le enferma. El pavo asándose<br />

le huele bien si tiene apetito y le gusta el pavo, en cuyo caso le olerá pero que muy<br />

bien. Los violines tocan melodías, no monotonías; no causan dolor y se disfrutan al<br />

máximo si, por cuestión de gustos, al claro le agradan los violines. De no ser así, le<br />

gustarán los timbales, los saxofones o, según su estado de ánimo, ninguna música en<br />

absoluto.<br />

En otras palabras, hay dos variables que entran en juego. Una, la más absurda,<br />

es la causada por las aberraciones. La otra, completamente racional y comprensible,<br />

es causada por la personalidad.<br />

Así que las percepciones de un aberrado (persona que no es clara) difieren<br />

mucho de las de la persona que es clara (no aberrada).<br />

Existen las diferencias de los órganos de percepción en sí y de los errores<br />

ocasionados por éstos. Algunos de estos errores, un mínimo, son orgánicos: los<br />

tímpanos perforados no son mecanismos aptos para el registro del sonido. La mayoría<br />

de los errores de los percépticos (mensajes sensoriales) en el área orgánica están<br />

causados por errores psicosomáticos.<br />

Por todas partes se ven gafas sobre narices, incluso en niños. La mayoría de<br />

estas gafas se ponen en la cara con la intención de arreglar una condición que el<br />

propio cuerpo está luchando por desarreglar de nuevo. La vista, cuando se ha llegado<br />

a la etapa de las gafas (no debido a las gafas), se está deteriorando por razones<br />

psicosomáticas. Y esta observación es tan obvia como afirmar que cuando las<br />

manzanas caen de los árboles, normalmente obedecen a la gravedad. Uno de los<br />

incidentes que le ocurren a un claro es que su vista, si como aberrado había sido<br />

deficiente, generalmente mejora notablemente y, con una pequeña atención,<br />

recuperará la percepción óptima con el tiempo. (Lejos de ser para el óptico un<br />

argumento en contra de la <strong>Dianética</strong>, esto le asegura un negocio bastante bueno, pues<br />

se ha sabido de claros que, al final del tratamiento, han tenido que comprar, en<br />

sucesión rápida, cinco pares de lentes para compensar el arreglo de la vista; y muchos<br />

aberrados que se hacen claros a edad avanzada llegan a un máximo visual un poco por<br />

debajo del óptimo.)<br />

La vista, orgánicamente, se redujo en el aberrado debido a sus aberraciones, de<br />

modo que disminuyó la función operativa óptima del órgano perceptivo. Repetidas<br />

pruebas han demostrado que, con la eliminación de las aberraciones, el cuerpo hace<br />

un esfuerzo heroico por restaurar su condición óptima.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!