Hubbard, L. Ronald - Dianética - masoneria activa biblioteca
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Nacimiento. Instrumental. Veintinueve horas de parto.<br />
El que la madre hablara entre dientes ocasionó que hubiese que borrar una buena<br />
cantidad de material que se sumó al resto de la vida del paciente. Este fue un caso de<br />
500 horas, no sónico, con recuerdos imaginarios que tuvieron que eliminarse con el<br />
descubrimiento de fábricas de mentiras antes de poder obtener los datos anteriores.<br />
Hay otras cadenas posibles, pero se eligió este caso debido a que contiene las<br />
cadenas normales encontradas. El amante de la madre no es muy infrecuente,<br />
desafortunadamente, pues aporta el factor clandestino a un caso en tal medida que<br />
cuando el caso parece muy, muy secreto, parecerá indicar la presencia de uno o dos<br />
amantes. Pero no se los sugieras a un preclaro, pues podría utilizarlos para evitarlo.<br />
Lo que no se debe hacer en <strong>Dianética</strong>.<br />
No des a ningún paciente una sugestión imperativa como terapia en sí o para<br />
ayudar a la terapia.<br />
No dejes de dar un cancelador al principio de cada sesión y de usarlo al final de<br />
cada sesión.<br />
Nunca digas al paciente que él puede "recordar esto en tiempo presente", porque<br />
el somático vendrá a tiempo presente, y eso es muy incómodo.<br />
Nunca, nunca, nunca, nunca, digas a un paciente que él puede recordar en<br />
tiempo presente todo lo que le ha sucedido, porque eso agrupa todo en tiempo<br />
presente si el paciente ha caído en trance profundo. Y esto hace necesario desenredar<br />
todo un caso. ¿Quieres desperdiciar doscientas horas?<br />
Nunca te vengues en modo alguno cuando un paciente se enoje contigo estando<br />
en evocación. Sigue el código del auditor. Si te enfadas con él, puedes lanzarlo a una<br />
apatía que te llevará muchas horas deshacer.<br />
No evalúes datos o digas al paciente qué anda mal en él.<br />
Nunca te jactes. Si el preclaro es tu esposa, esposo o hijo, no insistas en que la<br />
frase favorita de las riñas provenía de un engrama. ¡Por supuesto que provenía!<br />
No pongas en duda la validez de los datos. Mantén tus reservas para ti mismo.<br />
Sopesa la información para tu propia orientación. Si el paciente ignora lo que piensas,<br />
los engramas jamás tendrán la ocasión de evadirse.<br />
Nunca traigas al paciente de golpe a tiempo presente sólo porque él te pida que<br />
lo hagas. Si está en medio de un engrama, la única salida es atravesarlo. El poder del<br />
engrama es leve cuando al paciente se le retorna a él. Se fortalece cuando el paciente<br />
viene a tiempo presente. Si se le trae repentinamente al presente, tendrá un choque<br />
nervioso.<br />
Nunca te asustes, no importa cómo pueda retorcerse o chillar el paciente. Nada<br />
de esto es grave, aunque a veces sí es dramático.<br />
Jamás prometas aclarar un caso; promete solamente liberarlo. Puede que tengas<br />
que ausentarte o trabajar en algo más urgente. Faltar a la promesa hecha a un preclaro<br />
hará que éste lo tome a mal.<br />
No interfieras en la vida privada de un preclaro ni le des orientación. Dile que<br />
tome sus propias decisiones sobre lo que debe hacer.<br />
No infrinjas el código del auditor. Está ahí para protegerte a ti, no sólo al<br />
preclaro. La terapia no puede dañarle si haces un trabajo a medias, y la mitad de él