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Hubbard, L. Ronald - Dianética - masoneria activa biblioteca

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hacia él. Mueve tantas casillas y pierde un turno después, porque esta casilla en la que<br />

ahora caemos dice: "¡Quédate ahí!", y el "hombre" se quedaría ahí hasta que el<br />

auditor lo dejara salir mediante la técnica (pero cuando esta casilla fuera tocada por la<br />

terapia, no tendría poder para retener durante mucho tiempo). Después mueve tantas<br />

casillas hasta una que dijera: "Duérmete", en la que el "hombre" tendría que dormirse.<br />

Mueve tantas casillas hasta llegar a una que dice: "Nadie debe descubrirlo", y<br />

entonces no habría ninguna casilla. Mueve otra vez hasta una casilla que dice: "Tengo<br />

miedo", en la que el "hombre" tendría miedo. Mueve nuevamente hasta una casilla<br />

que dice: "Debo irme", de modo que el "hombre" se iría. Mueve una vez más hacia<br />

una casilla que dice: "No estoy aquí", y faltaría la casilla. Y así sucesivamente.<br />

Las clases de órdenes que molestan particularmente al auditor son sólo una<br />

pocas. Puesto que la mente realmente lleva a cabo una parte de su pensar<br />

(especialmente al estarse acordando mediante el retorno, aun cuando el individuo no<br />

esté retornando), todas estas órdenes también estorban los procesos de pensamiento<br />

de la mente. En la terapia son particularmente fastidiosas, y son el blanco constante<br />

de la atención del auditor.<br />

Primero está el tipo de orden expulsora del paciente. Estas se llaman<br />

rebotadores en lenguaje coloquial. Incluyen cosas como "¡lárgate!", "no vuelvas<br />

nunca" "tengo que mantenerme alejado", etc., etc., incluyendo cualquier combinación<br />

de palabras que literalmente signifiquen expulsión.<br />

En segundo lugar está el tipo de orden retenedora del paciente. Estas incluyen<br />

cosas como "quédate aquí", "siéntate ahí y piénsalo", "vuelve y siéntate", "no puedo<br />

ir", "no debo irme", etc.<br />

En tercer lugar está el tipo de orden negadora del engrama que, traducida<br />

literalmente, significa que el engrama no existe: "No estoy aquí", "esto no lleva a<br />

ninguna parte", "no debo hablar de ello", "no puedo recordar", etc.<br />

En cuarto lugar tenemos el tipo de orden agrupadora de engramas que, traducida<br />

literalmente, significa que todos los incidentes están en un lugar en la línea temporal.<br />

"Todo se me amontona", "todo pasa a la vez", "todo se me viene encima", "te va a<br />

caer todo", etc.<br />

En quinto lugar está el desorientador de! paciente, que envía al preclaro en<br />

dirección equivocada: lo hace ir antes en vez de ir más tarde, ir más tarde cuando<br />

debería ir más temprano, etc. "A estas alturas no puedes retroceder", "te has dado la<br />

vuelta", etc.<br />

El rebotador envía al preclaro a toda velocidad de regreso a tiempo presente. El<br />

retenedor lo mantiene justo allí donde está. El negador le hace sentir que no hay<br />

ningún incidente presente. El cuarto, el agrupador, reduce su línea temporal de<br />

manera que no haya línea temporal. El desorientador invierte la dirección que se<br />

necesita seguir.<br />

Entrar en contacto con cualquier engrama hace que el preclaro reaccione<br />

"analíticamente". Igual que en el caso de un engrama que es reestimulado, las órdenes<br />

impactan contra su analizador, y, aunque éste puede creer firmemente que acaba de<br />

computar la reacción espontáneamente, en realidad está hablando a partir del<br />

contenido de uno o varios engramas.<br />

Este es el método de la técnica repetitiva.<br />

A medida que retrocede por la línea temporal, contactando con engramas, el<br />

preclaro se encuentra con áreas de "inconsciencia" que están ocluidas por<br />

"inconsciencia" o por emoción. En los engramas más antiguos puede esperarse que el<br />

preclaro se ponga a bostezar y bostezar. La orden de "dormir" no es la responsable de

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