Requena Sáez, María del Corpus_5.pdf - RUA - Universidad de ...
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contemplar la belleza y mantener un criterio <strong>de</strong> selección basado en la honra<strong>de</strong>z personal, sin<br />
que por ello sea admitida cualquier creación como bien hecha: “El punto <strong>de</strong> separación <strong>de</strong> esa<br />
benevolencia con la <strong>de</strong> los críticos que todo lo encuentran bueno, consiste en distinguir tan<br />
sólo lo que merece distinguirse y en no ocultar ni <strong>de</strong>svanecer los <strong>de</strong>safectos que en lo <strong>de</strong>más<br />
existan... o nos parezca que existan” (ibid., p. 15).<br />
Los obstáculos que surgen a la amplitud <strong>de</strong> criterio son: <strong>de</strong> un lado, las preferencias<br />
personalísimas <strong><strong>de</strong>l</strong> lector, que pue<strong>de</strong> estar muy lejos <strong>de</strong> una preocupación i<strong>de</strong>al; <strong>de</strong> otro, el<br />
cambio <strong>de</strong> las concepciones artísticas con el paso <strong>de</strong> los años, que mueven aquello que parecía<br />
eterno: “Los sentimientos que juzgamos más permanentes e in<strong>de</strong>structibles en nosotros, se<br />
esfuman [...]. No solemos darnos cuenta <strong>de</strong> ese lento <strong>de</strong>saparecer <strong>de</strong> emociones que parecían<br />
adueñadas <strong>de</strong> nuestro espíritu. Y, <strong>de</strong> pronto, la aparición nueva <strong><strong>de</strong>l</strong> excitante, que ya no<br />
conmueve ni una sola <strong>de</strong> nuestras fibras [...], nos revela bruscamente el abismo que separa dos<br />
épocas <strong>de</strong> nuestra vida” (ibid., p. 16).<br />
A modo <strong>de</strong> conclusión, se pue<strong>de</strong> advertir que Rafael Altamira reconoce lo dificultoso<br />
que es <strong>de</strong>scubrir la verdad que reflejan las obras <strong>de</strong> arte, por ello sugiere centrarlas en el<br />
terreno literario y mirarlas con criterio absolutamente histórico. El objetivo que se trazó en<br />
principio, esto es, no especular sobre abstracciones, provocó que Azorín rebatiera sus<br />
opiniones y señalara la falta <strong>de</strong> concreción <strong>de</strong> sus i<strong>de</strong>as en torno a lo verda<strong>de</strong>ro y su imitación<br />
en el arte.<br />
Lo verda<strong>de</strong>ro no es consi<strong>de</strong>rado por nuestro crítico como el fondo objetivo <strong><strong>de</strong>l</strong> arte,<br />
sino el carácter didáctico que se <strong>de</strong>riva <strong>de</strong> la obra literaria (<strong>de</strong> la que poco importa el índice <strong>de</strong><br />
realidad que contenga, sino su verosimilitud). El autor ha <strong>de</strong> tener habilidad suficiente para<br />
no vulgarizar el arte. A<strong>de</strong>más, la emoción estética, producida por las obras <strong>de</strong> arte, no tiene<br />
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