Requena Sáez, María del Corpus_5.pdf - RUA - Universidad de ...
Requena Sáez, María del Corpus_5.pdf - RUA - Universidad de ...
Requena Sáez, María del Corpus_5.pdf - RUA - Universidad de ...
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
La gestación <strong><strong>de</strong>l</strong> Realismo español fue lenta y no se fraguó <strong>de</strong>finitivamente hasta la<br />
década <strong>de</strong> los setenta. Balzac, que se traducía <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1836 y alcanzó gran difusión y éxito<br />
entre 1840 y 1850, no ejerció su influjo hasta <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la Revolución <strong>de</strong> 1868. Stendhal y<br />
Dickens, que habían producido sus mejores creaciones antes <strong>de</strong> 1840, permanecieron casi<br />
ignorados durante treinta años. La gran novela realista española alcanzó su apogeo cuando la<br />
europea comenzaba a <strong>de</strong>clinar.<br />
En 1849, con la publicación <strong>de</strong> La Gaviota <strong>de</strong> Fernán Caballero, se marcó uno <strong>de</strong> los<br />
hitos fundamentales que condujeron al esplendor novelesco <strong><strong>de</strong>l</strong> último tercio <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XIX.<br />
Esta fecha representa la inauguración <strong>de</strong> una nueva etapa en que las narraciones tien<strong>de</strong>n hacia<br />
el Realismo, hacia el reflejo <strong>de</strong> la realidad. Las obras <strong>de</strong> Balzac, en las que se observa con<br />
<strong>de</strong>tenimiento la vida cotidiana <strong>de</strong> provincias, influyeron <strong>de</strong>cisivamente en los escritores<br />
españoles, tal es el caso <strong>de</strong> Fernán Caballero.<br />
Aunque, tradicionalmente, se consi<strong>de</strong>ra que Fernán Caballero es la iniciadora <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
llamado Realismo narrativo <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XIX, lo cierto es que conserva aún un po<strong>de</strong>roso número<br />
<strong>de</strong> ingredientes románticos, como la primera <strong>de</strong>scripción <strong><strong>de</strong>l</strong> convento <strong>de</strong> La Gaviota, que<br />
aparece inmerso en tintas nebulosas, vagas e in<strong>de</strong>finidas, o el hijo que <strong>de</strong>sconoce su origen y<br />
resulta ser <strong>de</strong>scendiente <strong>de</strong> un bandolero, o la reaparición <strong>de</strong> personajes a los que se<br />
consi<strong>de</strong>raba muertos, como Ventura en La familia <strong>de</strong> Alvareda -rasgo este proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong><br />
Walter Scott-, y un largo etcétera. Sin embargo, lo que da cierta importancia histórica a la<br />
obra <strong>de</strong> doña Cecilia es precisamente su antirromanticismo, en tanto que es realista, que<br />
critica los <strong>de</strong>senlaces patéticos, los adulterios, suicidios, <strong>de</strong>safíos... Y sus héroes respon<strong>de</strong>n al<br />
pensamiento <strong>de</strong> que el paso <strong><strong>de</strong>l</strong> tiempo hace que todo se olvi<strong>de</strong>, por lo que sus reacciones son<br />
más naturales, sencillas y vulgares: <strong>de</strong> este modo reaccionan Clemencia ante sus infortunios,<br />
Elia ante los suyos, Stein por el adulterio <strong>de</strong> Gaviota, Rafael Arias a causa <strong>de</strong> la boda <strong>de</strong> Rita,<br />
208