Requena Sáez, María del Corpus_5.pdf - RUA - Universidad de ...
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Rafael Altamira elogió la obra Juan José <strong>de</strong> José Dicenta <strong>de</strong> la que <strong>de</strong>stacaba su<br />
realismo e intención docente: “Juan José constituye el triunfo mayor <strong><strong>de</strong>l</strong> realismo popular, no<br />
ya puramente sentimental, como en Felíu y Codina y en el mismo Gimerá, sino con cierta<br />
intención docente” (ibid., p. 156).<br />
El teatro se estaba renovando. Al realismo popular <strong>de</strong> intención docente se unieron<br />
las influencias extranjeras: las traducciones <strong>de</strong> Maeterlink e Ibsen impulsaron la penetración<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> Mo<strong>de</strong>rnismo en Cataluña (aunque no con tanto éxito como cabría imaginar). En 1893 se<br />
proyectó la fundación <strong>de</strong> un Teatro libre en Barcelona, su inauguración tuvo lugar en 1896<br />
con Los aparecidos (Espectres). Sin embargo, este tipo <strong>de</strong> teatro no arraigó todo lo que se<br />
esperaba, pese a “tener tradición en las representaciones <strong>de</strong> obras clásicas traducidas (la<br />
Ifigenia, <strong>de</strong> Goethe, por Maragall, v.gr.), y <strong>de</strong> obras catalanas nuevas (la más saliente, La<br />
alegría que pasa, <strong>de</strong> Rusiñol)” (ibid.).<br />
Pese al escaso arraigo inicial, germinó el “‘Teatro catalán’, en el que siguieron<br />
estrenando Guimerá, Rusiñol, Massó, Iglesias, Pomés y otros jóvenes, reforzados a última<br />
hora por Torren<strong><strong>de</strong>l</strong>l, escritor <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>ro empuje, ya en el Teatret, que últimamente ha dado<br />
(12 Mayo 1902), La campana sumergida <strong>de</strong> Haputmann” (ibid., p. 157).<br />
Se pensó trasladar la i<strong>de</strong>a a Madrid en ese mismo año, pero “se <strong>de</strong>mostró que casi<br />
todos los escritores y actores notables no entendían lo que era el Teatro libre, ni querían oír<br />
hablar <strong>de</strong> él” (ibid.). El público madrileño era diferente al <strong>de</strong> Barcelona y el teatro mo<strong>de</strong>rnista<br />
no tuvo buena acogida en la capital <strong>de</strong> España, sin embargo, sí que prendieron las<br />
resurrecciones <strong>de</strong> los clásicos: “[...] ya el inglés (Shakespeare: arreglos <strong>de</strong> Benavente y Sellés),<br />
ya el español (Cal<strong>de</strong>rón, Lope, Moreto, Rueda, etc.). Pero el público que gusta <strong>de</strong> estas<br />
resurrecciones como <strong>de</strong> los mo<strong>de</strong>rnismos catalanes, es muy reducido” (ibid.).<br />
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