Descargar Tesina - Argentina Investiga
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Ariès (2007) ha denominado muerte domesticada a la actitud occidental frente a la muerte<br />
en la primera etapa de la edad media, dónde, ésta era aceptada, familiar y anunciada sin miedo<br />
ni desconsuelo, marcando una diferencia radical con la muerte prohibida, propia de la<br />
modernidad. La muerte prohibida se refiere a esa actitud que hace de la muerte un tema<br />
vergonzoso y objeto de censura. En esta actitud, las manifestaciones, son en privado y a<br />
escondidas, el duelo ya no es considerado como un tiempo necesario y se ha convertido en un<br />
estado mórbido que se intenta controlar, abreviar y borrar (2007:83).<br />
El autor explica a modo excepcional el caso de Estados Unidos, que conserva la necesidad<br />
de enfrentar la muerte a través de ritos de solemnidad, con prácticas que van desde el aseo<br />
funerario a la exposición del muerto en la sala velatoria, visitado por parientes y amigos, y<br />
rodeado de flores y música. Con esto, afirma Ariès, los estadounidenses encontraron el modo<br />
de depositar el cuerpo en un lugar neutro: ni en un lugar excesivamente anónimo como el<br />
hospital, ni en uno excesivamente familiar, como la casa (2007:233). De esta manera, con los<br />
funeral homes, al igual que con los de Buenos Aires que describiremos a continuación, se<br />
observa “un término medio entre la desritualización de la Europa del Norte y las ceremonias<br />
arcaicas del duelo tradicional” (Ibíd.) 58 .<br />
Creemos, como refiere Jack Goody, que “toda ceremonia funeraria es una manera de<br />
domesticar la muerte, de ayudar a los seres humanos a mirar la muerte cara a cara” (1998:112).<br />
En tanto los procesos de duelo son objeto de regularizaciones culturales (Cordeu, et al 1994:<br />
139) y en tanto en nuestra sociedad la comunidad participa cada vez menos en los procesos de<br />
duelo, la persistencia de la práctica del velatorio acentúa la necesidad de este único espacio<br />
social, que permite la percepción de la muerte, y la preparación para la separación definitiva<br />
entre el muerto y los vivos.<br />
Entonces, si bien podemos asumir que en la sociedad occidental la muerte se volvió<br />
problemática, y ha dejado de formar parte de la vida cotidiana, cuando nos sorprende la muerte<br />
de un ser querido, las fórmulas y ritos convencionales, adaptados a los cambios actuales, nos<br />
siguen proporcionando herramientas para atravesar la pérdida dolorosa. De esta manera, los<br />
rituales de luto ocupan un rol importante para el individuo, y el cuerpo del difunto continúa<br />
siendo el centro de atención.<br />
58 Señala Ferrer (2003:154) que en Roma surgieron las primeras agencias funerarias, llamadas libitinaes, por<br />
asociación con la diosa que presidía las exequias, Libitina, variante romana de la reina griega de los muertos.<br />
Contratar estos servicios era un lujo que solo podían darse las familias más acaudaladas. En Buenos Aires la<br />
primera casa de sepelios, Lázaro Costa nace en 1887, a partir de la transformación de una empresa de alquiler de<br />
carruajes en una casa de servicios fúnebres (Alarcón, 2002:224).<br />
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