2010_CEOCB_monografia Celaya.pdf - Inicio
2010_CEOCB_monografia Celaya.pdf - Inicio
2010_CEOCB_monografia Celaya.pdf - Inicio
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Las Raíces del Viento, Monografía de <strong>Celaya</strong><br />
150<br />
abrieron fuego contra los manifestantes y resultaron muertos otros siete sinarquistas, uno de ellos,<br />
la lideresa obrera Teresa Bustos, que había encarado a uno de los represores, de apellido Alfaro:<br />
todo un cobarde –según los sinarquistas-, quien por su alta felonía mereció la infamia que pregona<br />
este corrido, dedicado en el título no a Teresita Bustos, mujer mártir de aquellos días agrarios, sino<br />
al ejido y la ciudad donde comenzaron los hechos y cayeron las otras víctimas. El caso se tornó tan<br />
grave, que obligó al presidente Lázaro Cárdenas del Río a viajar a <strong>Celaya</strong> y enfrentar los reclamos<br />
de justicia. Ante una multitud de doce mil personas, el Primer Mandatario tuvo que declarar que el<br />
sinarquismo era una doctrina social y humana, y que los culpables tendrían que ser castigados.<br />
Ofreció, además, que el jefe sinarquista Manuel Zermeño, sería director del Departamento Agrario<br />
del país, pero aquél lo rehusó. Los veteranos de la aguerrida hueste seguramente recordarán si los<br />
culpables fueron o no castigados, según lo prometió Lázaro Cárdenas, al ver la furia que desató la<br />
muerte. Esta es la historia, así el anónimo trovador narra los hechos:<br />
Al diez y al once de julio<br />
se refiere este corrido:<br />
murieron doce patriotas<br />
por nuestro ideal más querido.<br />
Al rancho de Juan Martín<br />
seis sinarquistas salieron<br />
a sembrar nuestra doctrina,<br />
y como hombres perecieron.<br />
Campesinos engañados<br />
por líderes embusteros,<br />
sin saber a quién mataban,<br />
mataron seis compañeros.<br />
Nuestro Gonzalo Escobar,<br />
que encabezaba a la gente,<br />
les dijo antes de expirar:<br />
¡No le hace, sigan de frente!<br />
¡Viva México!, gritaba<br />
cada mártir sinarquista,<br />
al sentir que lo mataban<br />
los hermanos agraristas.<br />
Los seis cuerpos los llevaron<br />
a la ciudad de <strong>Celaya</strong>,<br />
y la gente maldecía<br />
al comunismo canalla.<br />
Los cuerpos los envolvieron<br />
en nuestra insigne bandera,<br />
la de la Unión Sinarquista,<br />
que siempre será primera.