10.05.2013 Views

2010_CEOCB_monografia Celaya.pdf - Inicio

2010_CEOCB_monografia Celaya.pdf - Inicio

2010_CEOCB_monografia Celaya.pdf - Inicio

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Las Raíces del Viento, Monografía de <strong>Celaya</strong><br />

58<br />

un labrador o una vecina bronca, con tal de granjearse a la Santa Inquisición y hacerse de riquezas.<br />

No obstante, para tener completa la visión de este espejo, conviene saber cómo aun a quienes<br />

aspiraban a una vida espiritualmente alta con la intención de convertirse en clérigos, también se les<br />

investigaba, en busca de manchas en su honor, huellas de antiguos hierros de marcar esclavos,<br />

sospechas de apostasía, rumores, difamaciones o alguna otra cuestión referente a sus riquezas o<br />

definición sexual. A la Iglesia de aquéllos tiempos le preocupaba mucho que el aspirante a religioso<br />

tuviese de qué vivir y qué heredarle a la Orden. Acaso las fórmulas interrogativas a que los neófitos<br />

eran sometidos tuviesen un solo propósito: dar la imagen de firmeza y honestidad aunque en el<br />

fondo de sus recintos algunos priores mantuviesen a sus órdenes uno o dos esclavos.<br />

En <strong>Celaya</strong>, es inevitable referirnos a la Orden del Seráfico, la cual a principios del siglo<br />

XVII ostentaba la mayor cantidad de miembros –con votos- llegados a la Nueva España. Sin<br />

embargo, debemos de aclarar sus reglas, vigentes durante la Colonia. Datan de 1224, por lo que<br />

algunos referentes pudiesen parecer anacrónicos e injustos en lo tocante a la admisión y formación<br />

de sus profesos, los cuales tenían que poseer buenas condiciones físicas (no ser feos ni poseer<br />

defectos de malformación congénita), estar libres de deudas, ser solteros, no haber sido excomulgados<br />

ni venir de otra Orden religiosa, tener 18 años o como mínimo 15. Ser hijo legítimo y de<br />

buena fama, fiel católico, sin sospechas de sodomía y simonía, aceptar los votos libremente, tener<br />

la reputación libre de escándalo, ser letrado y de costumbres y labores muy honestas. Todo esto<br />

dio origen a que en <strong>Celaya</strong> se supiera de casos en los que las autoridades indagaban acerca de la<br />

vida y los milagros de más de algún postulante al noviciado o la profesión monástica. Tal fue el caso<br />

–y sólo uno de los muchos ejemplos documentados en las propias carpetas de los archivos franciscanos-<br />

de un tal José Francisco Cano Freire, en el año de 1773, cuando fueron realizadas las primeras<br />

investigaciones en su contra, antes de que el muchacho fuera admitido como novicio en el<br />

convento de <strong>Celaya</strong>. En dichas indagaciones –llevadas hasta el pueblo de Santa Cruz de Comontuoso-<br />

se menciona algo acerca de la limpieza de su sangre. Varios vecinos de aquel lugar declararon<br />

haber oído algo respecto a los abuelos maternos del hermano Cano, que se llamaban don Agustín<br />

Freire, natural de <strong>Celaya</strong>, y doña Rosa María Váz¬quez del Castillo, natural de Irapuato. Sostuvieron<br />

que el papá, don José Cano, era hijo ilegítimo, de nombre Margarita Cano, agregaron sus<br />

lenguas. Las pesquisas continuaron en una hacienda y otra, sin saber ni de quién ni de dónde<br />

venían esos rumores, como lo que relató un José Landín, de 60 años, vecino de la Hacienda del<br />

Saúz, que distaba media legua de la Congregación del Comontuoso, declarando que él conoció bien<br />

a José Cano y a su mujer y haber oído decir que la señora tenía un defecto… De allí, el comisario<br />

interrogador visitó a otros dos hombres viejos, los cuales sostuvieron haber conocido a José Cano,<br />

a su mujer y a sus suegros, pero que jamás oyeron decir nada malo de ellos. Posteriormente, se le<br />

preguntó a don José Manuel Freire y a don Agustín Freire -hermanos de doña María Trinidad<br />

Freire, esposa de don José Cano y madre del muchacho- acerca de los papás de éste, a lo cual los<br />

dos respondieron que fueron don José Agustín Freire, natural de <strong>Celaya</strong>, y doña Rosa María<br />

Vázquez del Castillo, nacida y bautizada en el pueblo de Irapuato, y muerta “ya muy vieja”, a los 50<br />

años, en el año de 1734. Revelaron el nombre de Nicolás García, del puerto purépecha del Valle,<br />

quien supuestamente conocía más detalles del caso, pero el enviado especial optó por pasar a

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!