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libro-psicologia-educativa

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74 CAPÍTULO 3MyEducationLabVaya a la sección de Actividadesy aplicaciones en elcapítulo 3 de MyEducationLab y realicela actividad 1. Mientras observareportes de los medios de comunicaciónacerca de la violencia escolar,piense en las maneras en que acontecimientosrecientes han afectadosu perspectiva de la violencia en lasescuelas.Agresión relacional. Los insultos, los chismes, la exclusión y la burla son formas de agresión relacional,en ocasiones llamada agresión social porque su objetivo consiste en dañar las relaciones sociales.Después de segundo o tercer grados, las niñas suelen involucrarse más en este tipo de agresión que losniños. Esto tal vez se deba a que, conforme ellas se vuelven más conscientes de los estereotipos de género,convierten su agresión abierta en ataques verbales y no físicos. Este tipo de agresión podría ser aún másdañina que la agresión física abierta, tanto para la víctima como para el agresor. Las víctimas, como enel caso de Stephanie que vimos al inicio del capítulo, llegan a quedar devastadas. En ocasiones los profesoresy otros estudiantes consideran a los agresores relacionales como más problemáticos que los agresoresfísicos (Berger, 2006; Crick, Casas y Mosher, 1997). Desde el nivel preescolar, los niños necesitanaprender cómo negociar las relaciones sociales sin recurrir a la agresión.Víctimas. Algunos alumnos tienden a ser bravucones; y otros, a ser las víctimas. Estudios realizados enEuropa y en Estados Unidos indican que cerca del 10 por ciento de los niños se convierten en víctimascrónicas, es decir, blancos constantes de ataques físicos o verbales. Un tipo de víctimas suelen poseer unabaja autoestima y tienden a sentirse nerviosos, solos, inseguros e infelices; son propensos al llanto y al aislamiento;al recibir un ataque, por lo general no se defienden a sí mismos. Es posible que esas víctimascrean que se les rechaza porque tienen problemas de carácter que no son capaces de cambiar o de controlar:¡ni dudar de por qué se sienten deprimidos y sin esperanza! Hay un segundo tipo de víctimas: los estudiantesdemasiado sensibles y con un temperamento fuerte, quienes parecen generar reacciones agresivasen sus pares. Los miembros de este grupo tienen muy pocos amigos (Pellegrini, Bartini y Brooks, 1999).Garbarino y deLara (2002) estiman que 160,000 niños evitan asistir a la escuela todos los días, y quemiles más abandonan sus estudios porque siempre tienen miedo. Los niños que han sido víctimas crónicasdurante la escuela primaria y secundaria se sentirán más deprimidos y tendrán mayores probabilidadesde intentar el suicidio cuando lleguen a ser adultos jóvenes (Graham, 1998; Hodges y Perry, 1999). En elcapítulo 4 estudiaremos el suicidio. Los estudiantes que asesinan o lesionan a otras personas en las escuelasgeneralmente son víctimas y no bravucones (Reinke y Herman, 2002a, 2002b). En los últimos años,en escuelas de Estados Unidos y Europa, hemos visto las consecuencias trágicas cuando los estudiantesvictimados utilizan armas en contra de sus torturadores. Las entrevistas con adolescentes revelan el apoyoque reciben de sus profesores y de otros adultos en la escuela para protegerlos (Garbarino y deLara, 2002).Las Sugerencias le darán algunas ideas para manejar la agresión y motivar la cooperación.ProfesoresPuesto que los profesores son los principales adultos en la vida de los estudiantes durante muchas horascada semana, tienen oportunidades para asumir un papel significativo en el desarrollo personal y socialde sus alumnos. En ocasiones, los profesores son la mejor fuente de ayuda para los alumnos que enfrentanproblemas emocionales e interpersonales. Cuando los estudiantes tienen una vida caótica eimpredecible en su hogar, necesitan una estructura afectuosa y predecible en la escuela; necesitan profesoresque establezcan límites claros, que sean congruentes, que hagan cumplir las reglas con firmezapero no de manera punitiva, que respeten a los estudiantes y que muestren una preocupación genuina.El hecho de agradar a los profesores puede contrarrestar los efectos negativos del rechazo de los compañerosen la escuela secundaria. Además, los alumnos que tienen pocos amigos, pero que no son rechazados(sino que simplemente son ignorados por los demás), pueden lograr un ajuste académico y socialcuando les agradan a los profesores y cuando éstos los apoyan.Como profesor, usted podría estar disponible para hablar acerca de problemas personales, sin exigir asus alumnos que lo hagan. Uno de mis alumnos de psicología <strong>educativa</strong> le dio a un niño de su clase un diariotitulado “Pensamientos verdaderamente difíciles” para que escribiera acerca del divorcio de sus padres.En ocasiones el alumno le platicaba acerca de lo que escribía en el diario, pero otras veces sólo anotaba sussentimientos. El profesor estudiante fue muy cuidadoso de respetar el carácter privado del diario del niño.Interés académico y personal. Cuando unos investigadores pidieron a ciertos estudiantes que describierana un “buen profesor”, sus descripciones incluyeron tres cualidades fundamentales. Los buenosprofesores tienen relaciones interpersonales positivas, es decir, se interesan por sus alumnos. En segundolugar, los buenos profesores logran una buena organización en el salón de clases y mantienen su autoridadsin ser rígidos o “perversos”. Por último, los buenos profesores son buenos motivadores, esto es, hacenque el aprendizaje sea divertido al ser creativos e innovadores para que los alumnos aprendan ciertomaterial (Noguera, 2005; Woolfolk Hoy y Weinstein, 2006). En el capítulo 11 estudiaremos la motivacióny en el capítulo 12 la organización, de manera que por ahora nos enfocaremos en el interés delprofesor y la enseñanza.

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