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libro-psicologia-educativa

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442 CAPÍTULO 12PrevenciónLa mejor respuesta a la violencia escolar es la prevención. Como profesor, tal vez no tenga mucho quedecir acerca de la violencia en la televisión, de los detectores de metales o del control de armas; sin embargo,en lo que se refiere a la relación entre los alumnos y al sentido comunitario de sus clases, suopinión es importante. Usted podría enseñar la aceptación y la compasión con medios directos e indirectos;además, podría crear una cultura de pertenencia para todos sus alumnos.En Chicago algunos miembros de pandillas de origen hispano informaron haberse unido a una pandillacuando sus profesores los insultaron, les pusieron sobrenombres, los humillaron públicamente, menospreciaronsu cultura, los ignoraron en la clase o culparon a estudiantes específicos por todos los incidentes negativos(Padilla, 1992; Parks, 1995). Otra investigación realizada en Ohio durante dos años encontró que losmiembros de pandillas respetaban a los maestros que hacían hincapié en el desempeño académico de formaamable (Huff, 1989). En una ocasión pregunté a un educador talentoso de una secundaria urbana en NuevaJersey qué profesores eran más eficaces con los alumnos verdaderamente conflictivos. Me dijo que había dostipos: los maestros que no se dejan intimidar ni engañar y que esperan que sus alumnos aprendan, y los querealmente se preocupan por sus alumnos. Cuando le pregunté “¿a cuál perteneces tú?”, me respondió “¡aambos!”. Él es un ejemplo de un “exigente cordial”, como veremos en el siguiente apartado.Llegar a cada estudiante: Mediación y negociación entre paresPara la mayoría de los individuos resulta difícil el manejo de los conflictos, y para la gente joven podríaser aún más difícil. Si consideramos el interés público por la violencia en las escuelas, es sorprendentelo poco que sabemos acerca de los conflictos entre estudiantes (Rose y Gallup, 2001). Hace más de 30años, un estudio a gran escala realizado con más de 8,000 alumnos de bachillerato y con 500 profesoresde tres ciudades importantes reveló que el 90 por ciento de los conflictos entre los estudiantes se resuelvende manera destructiva o quedan sin solución (DeCecco y Richards, 1974). Los pocos estudios quese realizaron desde entonces obtuvieron conclusiones similares. Parece que las principales estrategias deenfrentamiento del conflicto son la evitación, el uso de la fuerza y las amenazas (Johnson et al., 1995).Sin embargo, existen formas mejores, como las estrategias de mediación y negociación entre pares, lascuales enseñan lecciones para toda la vida.David Johnson y sus colaboradores (1995) dieron entrenamiento para la resolución de conflictos a 227estudiantes de segundo a quinto grados. Ellos aprendieron una estrategia de negociación de cinco pasos:1. Definir el conflicto de manera conjunta. Separar a la persona del problema y de los actos implicados,evitar el pensamiento de ganar-perder y establecer con claridad las metas de ambas partes.2. Intercambiar posturas e intereses. Presentar una propuesta tentativa y sus fundamentos; escucharla propuesta y los sentimientos de la otra persona, y permanecer flexible y cooperativo.3. Invertir las perspectivas. Ver la situación desde el punto de vista de la otra persona, invertir los papelesy plantear argumentos a favor de esa perspectiva.4. Crear al menos tres acuerdos en donde ambos ganen. Hacer una lluvia de ideas, enfocarse en las metas,pensar de manera creativa y asegurarse de que todos tengan la oportunidad de crear soluciones.5. Alcanzar un acuerdo integrador. Asegurarse de que se cumplan los dos conjuntos de metas. Si todoslos intentos fallan, lanzar una moneda, tomar turnos o llamar a un tercero (un mediador).Además de aprender a resolver conflictos, todos los estudiantes de la investigación de Johnson recibieronentrenamiento en estrategias de mediación. El papel del mediador se alternaba; cada día el profesorelegía a dos estudiantes para que fungieran como los mediadores de la clase y utilizaran las camisetas demediadores. Johnson y sus colaboradores encontraron que los estudiantes aprendieron las estrategiasde mediación y de resolución de conflictos, y que las utilizaron con éxito para manejar los conflictos deuna forma más productiva, tanto en la escuela como en su casa.La mediación entre pares también ha tenido éxito con estudiantes mayores y con alumnos con problemasgraves (Sánchez y Anderson, 1990). En un programa, se eligió a algunos miembros de pandillaspara recibir entrenamiento en mediación; después, se invitó a todos los miembros a participar de maneravoluntaria en el proceso de mediación, el cual era supervisado por consejeros de la escuela. El procesoque conducía a acuerdos escritos firmados por representantes de las pandillas estaba controlado por reglasestrictas. Sánchez y Anderson (1990) informaron que la violencia escolar entre pandillas se redujode manera importante: “La magia del proceso de mediación fue la comunicación” (p. 56).Aun si su escuela no cuenta con un entrenamiento formal para la mediación entre pares, podría ayudara sus alumnos a manejar los conflictos de manera más productiva. Por ejemplo, Esme Codell, la maravillosamaestra de primer año que conocimos anteriormente en este capítulo, enseñó a sus alumnos dequinto grado un sencillo proceso de cuatro pasos y los anotó en un tablero de avisos: “1. Dile a la personalo que te disgusta. 2. Dile cómo te hizo sentir. 3. Dile a la persona lo que deseas en el futuro. 4. Lapersona responde indicando lo que puede hacer. ¡Felicidades! ¡Eres un conquistador de conflictos segurode sí mismo!” (Codell, 2001, p. 23).

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