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libro-psicologia-educativa

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308 CAPÍTULO 9PUNTO / CONTRAPUNTOEducación basada en el cerebroLOS EDUCADORES ESCUCHAN cada vez más acerca de la educación basada en el cerebro, la importancia de la estimulación temprana para el desarrollocerebral, el “efecto Mozart” y las actividades de los hemisferios derecho e izquierdo del cerebro. De hecho, con base en algunos resultadosde investigaciones que afirman que escuchar música de Mozart por 10 minutos podría mejorar ligeramente el razonamiento espacial(Rauscher y Shaw, 1998; Steele, Bass y Crook, 1999), un ex gobernador de Georgia estableció un programa para entregar un CD de Mozart paracada bebé recién nacido. Los científicos que realizaron el estudio no podían creer que su investigación se hubiera “aplicado” (Katzir y Pare-Blagoev,2006). De hecho, parece que el gobernador había confundido los experimentos sobre el desarrollo del cerebro infantil con estudios de adultos(Pinker, 2002). ¿Existen implicaciones <strong>educativa</strong>s claras desde el punto de vista de las investigaciones neurocientíficas del cerebro?PUNTONo, las implicaciones no son claras.John Bruer, presidente de la fundación James S. McDonnell, escribióartículos que son fundamentales para entender el furor por laeducación basada en el cerebro (Bruer, 1999, 2002). Bruer señalaque muchas de las denominadas aplicaciones de la investigacióncerebral empiezan como una ciencia sólida, pero que después seconvierten en especulación injustificada y terminan siendo un atractivocuento popular acerca del cerebro y el aprendizaje. Bruer sugiereque ante cada aseveración, el educador debería preguntarse:“¿En dónde termina la ciencia y empieza la especulación?”. Porejemplo, una aseveración que cuestiona Bruer es la idea del aprendizajedel cerebro derecho y del cerebro izquierdo.“Cerebro derecho versus cerebro izquierdo” es una de esasideas difundidas que nunca morirán. Durante los últimos 30años, en la bibliografía sobre educación han circulado especulacionesacerca de la importancia <strong>educativa</strong> de la lateralidadcerebral. Aun cuando los psicólogos y los neurólogos la han criticadoy rechazado de manera reiterada, la especulación continúa.David Sousa dedica un capítulo de su <strong>libro</strong> Cómo aprendeel cerebro a explicar la lateralidad cerebral y presenta estrategiaspara el salón de clases que los profesores podrían utilizarpara asegurarse de que ambos hemisferios participen en elaprendizaje... Ahora, consideremos la neurología y cómo ofrecesustento, si acaso lo ofrece, para algunas de las estrategias deenseñanza específicas que Sousa recomienda. Sousa escribeque para hacer que el hemisferio derecho participe en el aprendizaje,los profesores deberían motivar a los alumnos a generary a utilizar la imaginería mental... Lo que actualmente saben losneurólogos acerca del razonamiento espacial y de la imagineríamental brinda ejemplos en contra de afirmaciones tan simplistascomo éstas. Esta clase de aseveración surge de una nocióngeneralizada sobre la lateralidad cerebral, y no de una teoríaneurocientífica... distintas áreas del cerebro se especializan endiferentes tareas, pero esa especialización ocurre a un nivel mássutil de análisis que el “uso de imaginería visual”. El empleo dela imaginería visual podría ser una estrategia de aprendizaje útil;sin embargo, es útil no porque haga participar al hemisferio derecho,el cual, de otra forma, estaría poco utilizado en el aprendizaje.(Bruer, 1999, pp. 653-654)Ningún maestro pone en duda que el cerebro sea importante parael aprendizaje. Como señaló Steven Pinker (2002), profesor de psicologíade la Universidad de Harvard, ¿realmente alguien piensaque el aprendizaje se lleva a cabo en otro lugar, como el páncreas?Sin embargo, el hecho de saber que el aprendizaje afecta al cerebrono nos indica cómo enseñar. Prácticamente todos los llamadosmodelos de educación basada en el cerebro son simples replanteamientosde una buena enseñanza que se basa en entendercómo aprende la gente y no en cómo funciona su cerebro. Todoaprendizaje afecta al cerebro. “Esto debería ser evidente, pero en laactualidad cualquier banalidad acerca del aprendizaje se puedeadornar con términos neurológicos y considerarse una gran revelaciónde la ciencia” (2002, p. 86).CONTRAPUNTOSí, el aprendizaje debería basarse en el cerebro.En su artículo “Aplicación de las investigaciones de las neurocienciascognoscitivas a la educación”, publicado en la revista EducationalPsychology, Tami Katzir y Juliana Paré-Blagoev (2006) concluyeron losiguiente: “Cuando se aplican de manera correcta, las ciencias delcerebro pueden funcionar como un vehículo para mejorar la aplicaciónde nuestros conocimientos acerca del aprendizaje y el desarrollo…Las investigaciones del cerebro podrían desafiar las perspectivas delsentido común sobre la enseñanza y el aprendizaje al sugerir sistemasadicionales que participan en tareas y actividades específicas”(p. 70). Las investigaciones del cerebro nos están permitiendo entendermucho mejor los problemas del aprendizaje. Por ejemplo, estudiosneurocientíficos de personas con dificultades de lectura, hanencontrado que esos individuos podrían tener problemas con lossonidos y los patrones de sonidos, o con la evocación de los nombresde letras muy conocidas, de manera que podrían existir bases diferentespara los problemas de la lectura (Katzir y Paré-Blagoev, 2006).Hay algunos ejemplos sobre la aplicación de los conocimientosderivados de la investigación del cerebro a la educación. Un productopara mejorar la lectura llamado FastForward fue diseñado por dosneurocientíficos: el doctor Michael Merzenich y la doctora Paula Tallal.en la actualidad ese producto se emplea en miles de salones declases de Estados Unidos (visite, http://www.scilearn.com/results/success-stories/index.php). En específico, utiliza los descubrimientosde la plasticidad neuronal con la finalidad de modificar la capacidaddel cerebro para leer la palabra escrita (Tallal y Miller, 2003).Las escuelas no deberían funcionar basadas únicamente en labiología del cerebro. Sin embargo, ignorar lo que sabemos acercadel cerebro sería igualmente irresponsable. El aprendizaje basado enel cerebro ofrece cierta dirección a los educadores que desean unaenseñanza más propositiva e informada.

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