26.01.2019 Views

EL COLLAR DE LA REINA

El collar de la Reina, libro segundo sobre la revolución francesa de Alejandro Dumas. - 1848

El collar de la Reina, libro segundo sobre la revolución francesa de Alejandro Dumas. - 1848

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Vos no me conocéis, sea, pero...<br />

—¿Pero qué?<br />

—Pero yo os conozco, monsieur Beausire.<br />

A este nombre, el dominó negro se estremeció, sensación que fue visible por las<br />

oscilaciones repetidas de su capuchón.<br />

—¡Oh! No tengáis miedo, monsieur Beausire —repuso la máscara—. Yo no soy lo que<br />

vos pensáis.<br />

—¡Y pardiez! ¿Qué es lo que yo pienso? ¿Es que vos adivináis los nombres? ¡Si fuera<br />

así no os contentaríais y tendríais también la pretensión de adivinar los pensamientos!<br />

—¿Por qué no?<br />

—Entonces adivinad lo que yo pienso. No he visto jamás a un brujo y me daría un gran<br />

placer, de verdad, encontrarme con uno.<br />

—Oh, lo que vos pedís de mí no es muy difícil como para hacerme merecer un título<br />

que parece que vos otorgáis tan fácilmente.<br />

—Decidlo de todos modos.<br />

—No, buscad otra cosa.<br />

—Eso me bastará. Adivinad.<br />

—¿Lo queréis?<br />

—Sí.<br />

—Pues bien; vos me habéis tomado por un agente de monsieur de Crosne.<br />

—¿De monsieur de Crosne?<br />

—Oh, sí, vos no teméis más que a monsieur de Crosne, el teniente de policía, pardiez.<br />

—¡Monsieur...!<br />

—Todo va bien, querido monsieur Beausire; en verdad que se diría que vos buscáis una<br />

espada a vuestro costado.<br />

—Y claro que la busco.<br />

—¡Por Dios, qué temperamento tan belicoso! Pero acordaos, querido monsieur<br />

Beausire, que vos habéis dejado vuestra espada en vuestra casa y habéis hecho bien.<br />

Hablemos de otra cosa. ¿Queréis cederme, si os place, el brazo de madame?<br />

—¿El brazo de madame?<br />

—Sí, de madame. Esto suele hacerse, me parece, en el baile de la Ópera. ¿O es que<br />

llegaré yo de las Indias, para ignorar lo que se acostumbra hacer aquí?<br />

—Sin duda, monsieur, pero eso se hace cuando le conviene al caballero.<br />

—Basta algunas veces, querido monsieur Beausire, que convenga a la dama.<br />

—¿Para largo tiempo me pedís el brazo de mi pareja?<br />

—¡Oh, querido monsieur Beausire, sois demasiado curioso! Puede ser por diez minutos,<br />

puede ser para una hora, o quizá para toda la noche.<br />

—Monsieur, os estáis burlando de mí.<br />

—Querido monsieur, responded, sí o no. ¿Queréis, sí o no, cederme el brazo de<br />

madame?<br />

—No.<br />

—Vamos, vamos; no os hagáis el malvado.<br />

—¿Por qué?<br />

—Porque, puesto que tenéis una máscara, es inútil que os pongáis dos.<br />

—¡Dios mío, monsieur!<br />

—Bien. He aquí que ya os disgustáis, vos que erais tan dulce hace un momento.<br />

—¿Dónde?<br />

—En la calle Dauphine.<br />

—¡En la calle Dauphine! —exclamó Beausire, estupefacto.<br />

Olive estalló en risas.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!