26.01.2019 Views

EL COLLAR DE LA REINA

El collar de la Reina, libro segundo sobre la revolución francesa de Alejandro Dumas. - 1848

El collar de la Reina, libro segundo sobre la revolución francesa de Alejandro Dumas. - 1848

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—¿Qué es lo que me impide hacerlo, según vos?<br />

—Tenéis miedo de que os reconozca.<br />

—¿Yo?<br />

—Y que yo no grite: ¡sois vos, es Gilberto!<br />

—¡Ah, bien lo habéis dicho: loca, loca!<br />

—Quitaos vuestra máscara.<br />

—Está bien, sea; pero con una condición.<br />

—Concedida de antemano.<br />

—Y es que si quiero, a mi vez, que vos os quitéis la vuestra...<br />

—Me la quitaré. Si no me la quito, vos me la arrancaréis.<br />

El dominó azul no se hizo rogar largo tiempo. Ganó el lugar oscuro que la joven le<br />

había indicado, y una vez estuvo allí, quitándose su máscara, se colocó delante de Olive<br />

que le devoró con una mirada escudriñadora.<br />

—¡Ay, no! —dijo, batiendo el suelo con el pie e hiriendo la palma de sus manos con sus<br />

uñas—. ¡Ay, no! No sois Gilberto.<br />

—¿Quién soy?<br />

—Qué me importa. Desde el momento que no sois él...<br />

—¿Y si hubiera sido Gilberto? —preguntó el desconocido, volviendo a colocarse su<br />

máscara.<br />

—Si hubieseis sido Gilberto... —gritó la joven con pasión.<br />

—Sí.<br />

—Si él me hubiera dicho: Nicolasa, Nicolasa, acuérdate de De Taverney-Maison-<br />

Rouge. ¡Oh, entonces...!<br />

—¿Entonces?<br />

—No habría habido más Beausire en el mundo.<br />

—Yo os he dicho, mi querida niña, que Gilberto está muerto.<br />

—¡Está bien! Quizá sea lo mejor —suspiró Olive.<br />

—Sí; Gilberto no os hubiera amado, por muy bella que seáis.<br />

—¿Queréis decir que Gilberto me despreciaba?<br />

—No, más bien os temía.<br />

—Es posible. Yo tenía algo de él en mí y él se conocía tanto a sí mismo, que yo le<br />

causaba miedo.<br />

—Está bien, pues vos lo habéis dicho; vale más que haya muerto.<br />

—¿Por qué tenéis que repetir todas mis palabras? Cuando las oigo en vuestra boca, me<br />

hieren. ¿Por qué es mejor que haya muerto según decís?<br />

—Porque hoy, mi querida amiga, ved que ya no os llamo Nicolasa; porque hoy, mi<br />

querida Olive, vos tenéis en perspectiva un porvenir feliz, rico, resplandeciente.<br />

—¿Lo creéis?<br />

—Sí, si estáis bien decidida a hacerlo todo para llegar al fin que os prometo.<br />

—¡Oh, estad tranquilo!<br />

—Solamente es preciso que no suspiréis más, como habéis estado suspirando hace un<br />

momento.<br />

—Sea. Suspiraba por Gilberto; y como no hay dos Gilberto en el mundo, puesto que<br />

Gilberto ha muerto, ya no suspiraré más.<br />

—Gilberto era joven, tenía los defectos y las virtudes de la juventud. Hoy...<br />

—Gilberto no es viejo hoy, está igual que hace diez años.<br />

—No, sin duda, puesto que Gilberto ha muerto.<br />

—Me comprendéis; ha muerto. Los Gilberto no envejecen, mueren.<br />

—¡Oh! —exclamó el desconocido—. ¡Oh, juventud! ¡Oh, valor! ¡Oh, belleza! Semillas<br />

eternas del amor, del heroísmo y de la devoción. Quien os pierde, pierde

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!