ruptura 2
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RUPTURA | Una Revista Interdisciplinaria de Análisis Jurídico 17<br />
1.2 Breve síntesis de la visión general del marxismo de la economía<br />
A riesgo de caer en simplificaciones, para comprender las explicaciones marxistas delel<br />
papel del Estado, el gasto público y los tributos, debe partirse de una descripción elemental<br />
del modo en que Marx concibe la estructura económica 4 .<br />
A grandes rasgos Marx entendía que las relaciones económicas (que son algo así como<br />
el esqueleto social) se descomponen en dos “esferas”: la de circulación y la de producción. En<br />
rigor, esta división sólo es pertinente en las formaciones económicas en las que existe la<br />
mercancía como objeto de intercambio, lo que excluye los modos de producción premercantiles.<br />
Sin embargo, a nuestros efectos podemos no considerar estos últimos modos de producción,<br />
por no incidir en el objetivo de este trabajo. La esfera de circulación es, por así<br />
decirlo, la faz visible de la economía, el circuito en donde el protagonista central es la mercancía<br />
y el fenómeno observable su intercambios. Para Marx lo típico de la esfera de circulación<br />
en el capitalismo sería la conversión en mercancías de todas (o casi todas) las manifestaciones,<br />
tangibles e intangibles, de la vida humana, y la regla de su intercambio libre y<br />
concebido como equivalencia, esto es suponiendo que las mercancías que se intercambian<br />
tienen igual valor. No obstante, la estructura profunda y realmente determinante del conjunto<br />
era, para Marx, la esfera de producción.<br />
Por una parte Marx sostenía –siguiendo a Ricardo 5 - que el valor era una propiedad de<br />
las mercancías que no se determinaba independientemente en su circulación, a través de<br />
los precios pagados por ellas, sino que se generaría en la esfera de producción, como resultado<br />
del trabajo 6 . Sobre esa base es la esfera de producción en donde según Marx se traban<br />
las relaciones de producción, que son el corazón del entramado social. En pocas palabras,<br />
dichas relaciones no son otra cosa que las formas o modalidades que en cada momento de<br />
la historia reviste la apropiación del producto del trabajo. En efecto, y uniendo estas “relaciones”<br />
con el concepto de “valor” que se expresó más arriba, Marx sostiene que las formaciones<br />
económicas basadas en la propiedad privada, especialmente el capitalismo, implican<br />
que las mercancías tienen un determinado valor dado por el trabajo, pero que dicho<br />
valor va a parar a manos de los trabajadores sólo en una porción (el salario); el resto, llamado<br />
plusvalía, es objeto de apropiación por otras personas, en primer lugar el capitalista para<br />
quien el trabajador se desempeña como dependiente, aunque también por otros sujetos,<br />
como por ejemplo el Estado a través de los tributos, u otros capitalistas vía costos de producción,<br />
arrendamientos o intereses..<br />
Por otra parte, las relaciones de producción determinan una categoría central del análisis<br />
de Marx, y también del marxismo posterior: la clase social, noción que, a despecho de<br />
ser medular en su teoría, no fue objeto de un análisis sistemático y de conjunto, sino que –<br />
como es habitual en Marx- es necesario repasar numerosos fragmentos para hacerse una<br />
idea de qué entendía el autor por tal cosa 7 . Una clase social es un conjunto de personas<br />
4<br />
Un resumen de la visión marxista acerca de la estructura social y económica, de cita clásica en toda<br />
la literatura referida al punto, es Marx, Karl: “El Capital”, tomo I, FCE, México, 1995, págs. 120 a 129.<br />
5<br />
Ricardo, David: “Principios de Economía Política y de Tributación”, Aguilar, Madrid, s.f, págs. 20 y ss.<br />
6<br />
Véase una síntesis de esas dudas, confusiones y discusiones en Emmanuel, Arghiri: “El intercambio<br />
desigual”, Siglo XXI, México, 1972, págs. 424 a 463.<br />
7<br />
Simplemente como referencia, véase Marx, Karl: “El Capital”, tomo III, FCE, México, 2000, págs.<br />
810 y ss.; y Marx, Karl y Engels, Friedrich: “Manifiesto del Partido Comunista”, Ed. Progreso, Moscú,<br />
1985, pág. 51.