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RUPTURA | Una Revista Interdisciplinaria de Análisis Jurídico 29<br />

pequeños pasajes que comenté más arriba. Es posible, sin embargo, derivar de esa y otras<br />

afirmaciones una teoría monetaria más vasta, y describir de modo más exhaustivo el papel<br />

económico de los tributos. En concreto, varias afirmaciones de Marx son el germen de lo<br />

que se ha dado en llamar teorías monetarias alternativas o poskeynesianas.<br />

En el capítulo 1 se observó que para Marx la esfera de circulación de la economía capitalista<br />

podía representarse con más propiedad como D-M-D’; esto es, como una masa de<br />

dinero, que se utiliza para producir mercancías, que luego se venden para obtener una<br />

masa mayor de dinero que la inicial. Dicha diferencia (∆D) sería, pues, equivalente a la<br />

ganancia; si ésta, a su vez, fue representada como una ecuación en la que figuran la plusvalía<br />

y los costos del capital constante y el capital variable (salarios), es evidente que estos dos<br />

equivalen a D. Con lo cual la tasa de incremento de D (rD) sería:<br />

∆D =<br />

r∆D =<br />

p+v p<br />

D<br />

En fin, lo que dicho esquema sugiere es que las posibilidades de producción y venta de<br />

mercancías, están condicionadas por la cantidad de dinero preexistente para ese capitalista.<br />

Si ello se generaliza, se concluye que la cantidad de dinero total existente en una economía<br />

guarda una relación con las necesidades de inversión (y consumo individual) de esa<br />

economía capitalista en particular. Esto también sugiere un circuito monetario que se inicia<br />

con la “producción” de dinero para satisfacer dichas necesidades de inversión y consumo,<br />

y en alguna parte debe tener un punto de llegada donde el dinero se destruye. Esta idea,<br />

que es la base de todas las teorías monetarias alternativas fue explícitamente expuesta dentro<br />

del marxismo por Rosa Luxemburg 40 .<br />

Ello puede tener dos lecturas. Por un lado, se puede deducir –como lo hace Parguez 41 -<br />

que el nivel de la producción condiciona la cantidad de dinero: ésta depende de las necesidades<br />

de los capitalistas de adquirir nuevos equipos, nuevas mercancías o más fuerza de<br />

trabajo, lo que constituye el grupo de teorías endógenas acerca del dinero, anticipada ya por<br />

Kalecki 42 . Por otro lado se puede deducir que la relación de condicionamiento es inversa: el<br />

nivel de producción está gobernado por la cantidad de dinero disponible en esa economía<br />

capitalista, por lo que toda restricción del dinero más acá de cierto nivel necesariamente<br />

estimulará la crisis y el estancamiento.<br />

Una característica común de todas estas concepciones es, no obstante, un rasgo del<br />

dinero también anticipado por Marx 43 : su origen eminentemente bancario (o más ampliamente,<br />

en el sector financiero privado), ya que el dinero nace con la concesión de crédito<br />

por los sujetos que realizan actividades financieras. En efecto, es evidente que cuando los<br />

Bancos, u otros sujetos, realizan operaciones de crédito, no necesitan como respaldo una<br />

cantidad de dinero físico estatal, nacional ni extranjero, equivalente al monto del crédito<br />

otorgado; literalmente, una operación a crédito se materializa como una serie de asientos<br />

contables de suma 0, y –eventualmente- por algún documento adicional, como un vale o<br />

pagaré, cheque, letra de cambio, etc. De ello se sigue que el dinero físico emitido por el<br />

Estado sólo es necesario cuando alguien, por algún motivo especial y excepcional, lo requiere,<br />

y ello siempre en cantidades acotadas.<br />

40<br />

Luxemburg, Rosa: “La acumulación de capital”, Terramar, Buenos Aires, 2007, págs. 32 a 36.<br />

41<br />

Parguez, Alain: “Moneda y capitalismo …”, cit., pág. 48.<br />

42<br />

Kalecki, Michal: “Ensayos escogidos …”, cit., pág. 24.<br />

43<br />

Marx, Karl: “El capital”, tomo III, págs. 381 y ss.

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