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RUPTURA | Una Revista Interdisciplinaria de Análisis Jurídico 19<br />

letra c; ii) el costo del capital variable, que no es otra cosa que el monto total de los salarios<br />

abonados a los trabajadores, que asume la forma del precio de una mercancía dado que la<br />

fuerza de trabajo tiene este carácter, representado con la letra v; y finalmente iii) una ganancia<br />

equivalente a la diferencia entre el ingreso total y los dos costos mencionados. Un punto<br />

importante, que singulariza la explicación de la economía capitalista presentada en el tomo<br />

III de “El capital” del resto de la obra de Marx, es el papel asignado a la tasa de ganancia,<br />

expresada simbólicamente con la g, y que es el resultado de la siguiente ecuación, en la que<br />

p representa la plusvalía generada individualmente por esa empresa capitalista:<br />

g = p p<br />

g =<br />

c+v<br />

Según Marx, si sólo el trabajo es el generador de todo el valor, en el total de una economía<br />

capitalista (o mejor dicho, en la economía capitalista mundial) sólo serían distinguibles<br />

dos componentes del ingreso o renta que expresan dicho valor: los salarios y la plusvalía,<br />

entendida como el excedente entre el valor producido por el trabajo y la retribución que<br />

recibe quien trabaja. No obstante, cada capitalista no sólo abona salarios, sino también<br />

precios a otros capitalistas a quienes adquiere diversos bienes que utiliza para producir.<br />

Estos últimos también son, en definitiva, el fruto del trabajo, generalmente subordinado,<br />

por lo cual ese precio que un empresario paga a otro se desdoblará en salario y plusvalía, y<br />

así interminable y circularmente a todo lo largo de la economía capitalista. Sin embargo, al<br />

capitalista que compra esos bienes, éstos se le aparecen como un costo diferente de aquél<br />

en que incurre para comprar directamente fuerza de trabajo (esto es, diferente de los salarios),<br />

por lo que el rendimiento que ese empresario obtiene de su actividad se representa<br />

como una diferencia entre una masa de capital invertido, y el total de los precios vendidos.<br />

Esa diferencia es, pues, la tasa de ganancia de ese empresario.<br />

Lo interesante son algunas de las propiedades que Marx asigna a la tasa de ganancia: i)<br />

su perecuación, es decir su tendencia a la igualación para todos los sectores del capital, manifestada<br />

en el hecho de ningún sector del capitalismo ofrece tasas de ganancia que se<br />

aparten significativamente del eje fijado por la tasa media de ganancia de todos los capitalistas<br />

9 ; ii) su función de determinar la decisión del capitalista en cuanto a incurrir en un<br />

nuevo costo de capital, indiferentemente de si el mismo es constante (es decir, si adquiere<br />

un nuevo activo fijo o bienes de cambio), o variable (es decir, si incrementa la masa salarial)<br />

10 ; y iii) su tendencia natural al decrecimiento constante, fundamentalmente en virtud<br />

del crecimiento sistemático del costo del capital fijo (que, como vimos, es uno de los componentes<br />

del capital constante) 11 .<br />

La primera propiedad de la tasa de ganancia es, a mi juicio, bastante discutible. En<br />

efecto, Marx apoya la existencia de dicha tendencia en el hecho de que, como la tasa de<br />

ganancia es la motivación para la colocación del capital en una actividad (la propiedad<br />

indicada en ii), si dicha tasa fuera persistente y ampliamente dispar entre los diferentes<br />

sectores de actividad, el capital abandonaría sectores enteros de producción y circulación y<br />

acudiría masivamente a los más rentables, cosa que –según Marx- no sucede. En mi opinión,<br />

las causas que señala el mismo Marx como determinantes de la tasa de ganancia (que<br />

9<br />

Marx, Karl: “El capital”, tomo III, cit., págs. 178 y ss.<br />

10<br />

Marx, Karl: “El capital”, tomo III, cit., págs. 58 a 60.<br />

11<br />

Marx, Karl: “El capital”, tomo III, cit., págs. 213 y ss.

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