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Una Revista Interdisciplinaria de Análisis Jurídico | RUPTURA<br />
esas actividades pueden realizarse sin tributo, y que el tributo tiene otra función bastante<br />
menos épica (aunque mucho más funcional), que es mantener la variación de los precios<br />
monetarios dentro de márgenes tolerables para los parámetros deseados por la dinámica<br />
de la economía capitalista.<br />
3.6 Tributos y economía socialista<br />
Aun cuando en este trabajo haya tomado como punto de partida el “marxismo teórico”,<br />
fundamentalmente como marco de análisis de la economía capitalista, no necesita demostrarse<br />
que uno de los puntos cruciales de la obra de Marx y la mayoría de los marxistas<br />
es el pronóstico de que, más tarde o más temprano, dicho modo de producción dará lugar<br />
a otro nuevo: el socialista y/o comunista, ya que nunca ha quedado del todo claro si ambos<br />
términos son sinónimos o etapas distintas de la evolución económica de la humanidad. La<br />
caracterizaciòn del socialismo o comunismo es un punto relativamente vago en la obra de<br />
Marx, y los varios marxismos posteriores ofrecen al respecto diferencias sustanciales. Hay<br />
que decir con toda claridad que no existe una acepción marxista de “socialismo” o “comunismo”,<br />
lo que implica que sea imposible trabajar sobre esa hipótesis como un tópico homogéneo.<br />
Por lo tanto, traeré a discusión apenas un par de concepciones del modo de producción<br />
socialista/comunista para examinar qué papel pueden cumplir en esas concepciones<br />
el tributo y el gasto público.<br />
Consideremos, para empezar, al mismo Marx, quien en algún lugar define a ese modo<br />
de producción poscapitalista en los siguientes términos: los modos de producción son de<br />
propiedad social (es decir, de toda la sociedad), y la producción no se convierte en mercancías<br />
que se intercambian, sino que los diferentes tipos de productos son asignados a cada<br />
persona en función de la cantidad de trabajo que aporta a la producción social 63 . En este<br />
tipo de economía no existen mercancías ni, por tanto, existe tampoco el dinero. Tampoco<br />
existiría el Estado como una superestructura creada por fuera de la sociedad donde se<br />
produce y se consume. De manera que si se concibe de esta forma al socialismo o comunismo,<br />
no habría lugar en él ni para los tributos ni para el gasto público, al haber desaparecido<br />
sus dos razones de ser: el Estado y el dinero.<br />
Sin embargo, otros autores autoidentificados como marxistas parecen tomar acepciones<br />
distintas de “socialismo”, que casi siempre tuvieron como eje la calificación de las economías<br />
autotitulados socialistas, y que en mayor o menor medida siguieron el modelo<br />
soviético. Como es notorio, dicho modelo, a diferencia del pronóstico de Marx, no consistió<br />
en una “asociación de productores libres” sin Estado, sino al contrario, en la absorción por<br />
el Estado de la mayor parte de la economía. Dejando de lado esta discordancia (por cierto<br />
que medular, ya que pone en tela de juicio qué tipo de formación económica fue realmente<br />
el modelo soviético), a nuestros efectos cabe analizar en qué medida dicho modelo da cabida<br />
a los tributos y el gasto pùblico en términos parangonables a los que existen en el capitalismo.<br />
Veamos, por ejemplo, el análisis que al respecto realiza Dobb. Este economista dirige<br />
su esfuerzo, por una parte, a la descripción de una economía socialista basándose en parte<br />
en ciertas definiciones estipulativas de teóricos económicos y sociales (no sólo de Marx y<br />
Engels, sino también de notorios no marxistas, como Werner Sombart), así como también<br />
63<br />
Marx, Karl: “El capital”, tomo I, cit., pág. 43.