Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Vértigo<br />
teriores que contiene esta película, o las siluetas de su ciudad natal<br />
centelleando en la pantalla, habrán dejado bastante afectado al Dr. K.,<br />
y completamente, por supuesto, el drama de Balduino, la figura<br />
protagonista, en quien sin duda habrá reconocido su otro yo, tal y<br />
como éste lo reconoce en el hermano irrecusable, vestido con un<br />
traje oscuro, del que no puede escapar. En una de las primeras escenas,<br />
Balduino, el mejor esgrimidor de Praga, desafía a su propio<br />
reflejo, el cual, ante su asombro, sale poco después del marco para<br />
de aquí en adelante acompañarle como fantasma de su inquietud.<br />
Quizá esto le pareciera al Dr. K. la descripción de una lucha, en la<br />
que, como en aquella otra que tiene lugar en la Laurenziberg, el<br />
protagonista mantiene una relación autodestructiva con su enemigo<br />
hasta tal punto íntima que aquel que es acorralado por su acompañante<br />
se ve obligado a hacer profesión de fe a última hora: Estoy<br />
prometido, lo confieso. Y qué otro remedio le queda a quien ha sido<br />
acorralado hasta este punto más que intentar desprenderse de su<br />
silencioso compañero mediante un disparo de pistola que, por cierto,<br />
la película muda hace visible como una pequeña nube de humo. En<br />
el instante de algún modo dispensado del transcurso de tiempo en el<br />
que éste mismo se diluye, Balduino queda liberado de su locura. Toma<br />
aire, sintiendo a la vez cómo la bala le ha atravesado el propio pecho,<br />
y muere, en la parte inferior de la imagen, de una muerte ostensible,<br />
con lo que toda la escena, que flamea como una luz que se apaga,<br />
pasa a ser el aria muda del héroe agonizante.<br />
120