xviii - Repositório Aberto da Universidade do Porto

aire peculiar a estas sociedades.
La cultura v e1 estilo de vida de estos puertos y ciudades poituarias poseen características
propias. Las élites portuarias compartieron muchos rasgos de un cultura empresarial y un estilo
de vida que teníael marcomo horizonte: estudios en el extranjei-o, idiomas, viajes, casas, jardines,
mobiliario, pintura, música, lecturas, tertulias, cafés y, pronto, sociedades culturales y recreativas.
El puerto colaboró activamente en e1 proceso de sociabilidad urbana, donde se daban Ia mano Ia
tradición y e1 cosinopolitismo. Las diversas etnias pi-esentes en muchos puertos le dió ese carácter
cultural heterogénico. Como apunta e1 profesor Martínez Shaw:
«iNo es Ia ciudad marítima [portuaiia] un lugar de excepción, una fuente de novedades,
una amenaza a Ia cultura local?» l5
Así tenenios Ia cultura de Ias clases más bajas como es e1 caso de 10s marineros. Esta
pi-ofesión constitiiía un mundo separado, con características propias: masculina; popular; entre
Ia religiosidad, el anticlericalismo y Ia wperstición; sociahle y solidaria; pero a1 mismo tiempo
libre, igualitaria, violenta y proclive a Ia soledad. Las advocaciones marineras -La Virgen de1
Mar, E1 Cristo de 10s Navegantes, La Virgen de1 Carmen, San Telmo, etc: son también
características de estas poblacioues portuarias, con sus iglesias, capillas, cofradías y festividades.
La función de escala marítima de algunos puertos y ciudades portuarias 10s vinculó a 10s
procesos de desasrollo v mundialización de Ia ciencia moderna. Canarias, Madeii-a y Cuba
constituyen magníficos ejemplos de esta realidad. En este fenómeno tuvo muclio que ver 10s
valores geomorfológicos, florísticos y faunísticos de estos enclaves atlánticos. Viajeros y
naturalistas foráneos api-ovecharon Ia escala en estas islas para estudiar en el temeno sus
singularidades. Sus trabajos de campo perinitieron importantes avances en determinadas ramas
de laciencia. Estafunción de laboratorio de ciencia fue alentada por Ias propias élites locales que
a través dede numerosas actuaciones-por ejemplo, lapuesta en marcha o el proyecto dejardines
botánicos- participaron en Ia transmisión de conocimientos y en e1 establecimiento de una
comunidad científica intemaci~nal~~,
Finalmente tenemos la construcción de uu paisaie urbano específico, entendido como Ia
configuracióu de1 territorio y sus imágenes culturales. Se trata de un estado de conciencia, una
imagen poblada de símbolos. Durante estos siglos numerosos viajeros, novelistas, pintores y
grabadores dialogarou con el paisaje de estos puertos y ciudades portuarias, que adquirió una
categofia siinhólica, incluso mítica I'.
En este espacio se concentran pues algunos centros de decisión urbana, que buscan el
prestigio de localización, una determinada imagen de la ciudad portuaria y sus poderes fácticos.
Tomemos de nuevo como ejemploel impacto cultural de Ia fortificaciónen 10s puertos de
Ia Carrera de Indias.
Todo espacio defendido constituye una cultura, una forma de ver e1 mundo. El puerto
foitificado trabajaba en aquella frontera marítima. Frente a1 exterior hostil se alzaba e1 interior
" MARTINEZ SHAW (1997), p. 260: siguc a 1. DE VRIES en e1 misnio valuinen.
'"&use e1 tiabaja de GUIMERÁ-VIEIRA (1997) sobre 10s archipiélagos de1 Atlánrico Ibérico.
"MONGE (1998), p. 315; sigue aDOMOSH, M (1996). Invented Cities: TheCieation of Landscanein Nineteenlh-
Ceniurv New York nnd Boston, New Havcn, Cann.; y COSGROVE, D. Y DANIELS, S (eds.) (19881, T11e Icoi>oeraohy
of Landscaee, Cambiidge.