Guía
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6.2<br />
INTRODUCCIÓN<br />
Recomendaciones dietéticas en la<br />
hipertensión arterial de las personas<br />
mayores<br />
R. Carmena Rodríguez*, J. Redon i Mas**<br />
*Servicio de Endocrinología, Hospital Clínico Universitario, INCLIVA, Valencia y<br />
CIBERdem, Instituto de Salud Carlos III. **Servicio de Medicina Interna, Hospital Clínico<br />
Universitario, INCLIVA, Valencia y CIBERobn, Instituto de Salud Carlos III.<br />
La prevalencia de hipertensión arterial<br />
(cifras superiores a 140 mmHg de presión<br />
sistólica y 90 mmHg de diastólica) en individuos<br />
de edad igual o superior a 60 años<br />
es del 60%. Los pacientes de edad avanzada<br />
con frecuencia presentan una hipertensión<br />
sistólica aislada, con elevación de la presión<br />
del pulso, debido a la pérdida de la elasticidad<br />
de los vasos. Especialmente en estas<br />
edades, la elevación de la presión sistólica<br />
es el mejor predictor del riesgo cardiovascular<br />
(infarto de miocardio, insuficiencia cardiaca,<br />
accidente vascular cerebral) y de insuficiencia<br />
renal crónica. Su tratamiento se<br />
asocia con una significativa reducción (27-<br />
36%) de accidentes coronarios y de accidentes<br />
vasculares cerebrales.<br />
Conviene señalar que en las personas de<br />
edad avanzada el tratamiento debe ser<br />
menos agresivo que en las personas jóvenes,<br />
con descensos más paulatinos de la presión<br />
para no comprometer el flujo sanguíneo de<br />
los órganos vitales. Además, los aspectos dietéticos<br />
cobran aquí singular importancia, ya<br />
que la hipertensión sensible a la sal es mucho<br />
más frecuente en este grupo de población.<br />
Por ello, en este capítulo dedicaremos a este<br />
aspecto un especial interés.<br />
En conjunto, las medidas no farmacológicas<br />
dirigidas a cambiar el estilo de vida<br />
deben formar parte del tratamiento integral<br />
del paciente con hipertensión arterial<br />
(HTA) y, por lo tanto, deben ser instauradas<br />
en todos los hipertensos o individuos con<br />
presión arterial (PA) normal alta, bien sea<br />
como tratamiento de inicio, en pacientes<br />
con riesgo añadido bajo-moderado, o bien<br />
complementando el tratamiento farmacológico<br />
antihipertensivo (Tabla I). El propósito<br />
de dichas medidas es reducir los valores<br />
de PA y prevenir el desarrollo de la enfermedad<br />
cardiovascular (ECV) asociada a la<br />
HTA. Entre las medidas no farmacológicas<br />
la dieta representa un papel primordial dado<br />
su impacto en los valores de PA per se,su<br />
potencial beneficio en la ECV mas allá de la<br />
reducción tensional y el impacto beneficioso<br />
que ejerce en otros factores de riesgo de<br />
ECV, especialmente el sobrepeso y obesidad<br />
así como el metabolismo hidrocarbonado<br />
y lipídico, situaciones que se encuentran<br />
asociadas a la hipertensión con relación<br />
incluso de causalidad.<br />
Las principales recomendaciones dietéticas<br />
las podemos agrupar en aquellas que<br />
van dirigidas a la reducción del sobrepeso,<br />
los cambios en la ingesta de sal y alcohol y<br />
un tercer grupo misceláneo que incluye