Guía
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propia diabetes mellitus. Con respecto<br />
al agua recordar que “es el más esencial<br />
de todos los alimentos”. En el caso del<br />
anciano concurren, además, varias circunstancias<br />
desfavorables. En primer<br />
lugar una tendencia fisiológica a la peor<br />
hidratación. Con la edad se reducen las<br />
proporciones tanto del agua extracelular<br />
como de la intracelular y se incrementa<br />
el empleo de fármacos como los diuréticos<br />
que acentúan estas pérdidas. Además,<br />
pierden fuerza los sistemas de control<br />
homeostático que podrían ayudar a<br />
compensar esta situación, como puede<br />
ser la sed. A ello hay que añadir las limitaciones<br />
funcionales que experimentan<br />
a lo largo del tiempo todos nuestros<br />
órganos y sistemas, especialmente aquellos<br />
más sensibles a la pérdida hídrica<br />
como pueden ser riñón, piel y sistema<br />
nervioso central.<br />
d) Interferencias nutrientes fármacos. El<br />
anciano es un gran consumidor de fármacos.<br />
No llega al 10% la proporción de<br />
personas mayores de 65 años que no<br />
toman ninguno al día. En el medio comunitario<br />
se calcula el consumo medio entre<br />
1 y 3 fármacos diarios. En el medio residencial<br />
y en el hospitalario estas proporciones<br />
son más altas y pueden aproximarse<br />
a los 10 fármacos/día. Además,<br />
prácticamente el 100% de los ancianos<br />
se automedican de manera regular u ocasional.<br />
Los cambios en el comportamiento<br />
farmaconinámico y farmacocinético<br />
operados en el organismo durante el proceso<br />
de envejecer determinan importantes<br />
modificaciones en el metabolismo de<br />
la mayor parte de los fármacos, lo que<br />
suele obligar a reducir o a espaciar las<br />
dosis y aumenta de forma importante el<br />
riesgo de reacciones adversas, hasta el<br />
punto de alcanzar a un 3% de la población<br />
española con edad superior a los 65<br />
Puntos de partida y cuestiones generales 9<br />
años y convertirse así en la quinta causa<br />
por la que acude el anciano a un servicio<br />
de urgencia.<br />
e) Valoración nutricional. Llevada a cabo en<br />
el contexto de una “valoración geriátrica<br />
integral” o exhaustiva (comprehensive<br />
geriatric assessment). Todo lo que sea<br />
insistir en la importancia de este apartado<br />
y en lo poco frecuente que es su<br />
cumplimentación en el ámbito médico<br />
general e incluso en el del especialista es<br />
poco. A los ancianos habitualmente no<br />
se les pesa ni en las consultas ni en las<br />
salas del hospital y, a partir de ahí, resulta<br />
obvio que tampoco se lleva a cabo cualquier<br />
otra medida de valoración nutricional,<br />
salvo excepciones muy concretas.<br />
También existe un capítulo en la guía que<br />
se ocupa expresamente de este punto.<br />
Si esta valoración nutricional debe ser<br />
rutina en el estudio sistemático del<br />
paciente de edad avanzada, su realización<br />
cuidadosa cobra especial interés ante<br />
determinadas situaciones como pueden<br />
ser las correspondientes a pacientes con<br />
problemas ya conocidos en relación con<br />
la propia nutrición, en aquellos con enfermedades<br />
crónicas de cualquier tipo, especialmente,<br />
en el caso de la demencia, o<br />
en los que han sufrido mutilaciones quirúrgicas<br />
en su tubo digestivo o toman<br />
un número elevado de fármacos.<br />
Por último y para cerrar y completar el<br />
capítulo recogeré a modo de resumen algunos<br />
conceptos clave que siempre deben ser<br />
tomados en consideración cuando nos referimos<br />
a este tipo de cuestiones.<br />
Conceptos clave que siempre hay que<br />
recordar<br />
• La población española de más edad<br />
aumenta constantemente en términos<br />
absolutos y relativos, especialmente la<br />
de los “muy viejos”.