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Guía

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El descenso de secreción clorhídrica a<br />

nivel gástrico puede condicionar un medio<br />

más alcalino en el intestino delgado y un<br />

crecimiento bacteriano anómalo con amplia<br />

colonización. Sin embargo, estos fenómenos<br />

no parecen crear ninguna alteración con respecto<br />

al funcionalismo intestinal: únicamente,<br />

algunos nutrientes del tipo de las vitaminas<br />

del grupo B pueden verse afectados.<br />

Un capítulo importante lo constituye la<br />

intolerancia a la lactosa. Los bajos niveles de<br />

lactasa dependen del entorno geográfico,<br />

étnico y cultural más que de la edad, aunque<br />

resulta muy elevada la prevalencia en<br />

los ancianos. En países con alto consumo de<br />

lácteos, el fenómeno es menos frecuente;<br />

sin embargo, poblaciones asiáticas, africanas<br />

del interior y americanas muestran intolerancia<br />

muy frecuente.<br />

En cuanto a los micronutrientes, algunos<br />

deficitarios en la población que supera los<br />

65 años, no se pueden adscribir estos fenómenos<br />

a procesos de malabsorción intestinal.<br />

Sugieren, más bien, carencias de aporte<br />

o falta de exposición a otros factores físicos,<br />

como es el caso de la vitamina D.<br />

Parece que los especialistas en Geriatría<br />

están de acuerdo en que los cambios que<br />

puede imponer la edad en el funcionalismo<br />

del colon son mínimos (4) . En cualquier caso,<br />

los problemas se reducen a un aumento de<br />

volumen fecal retenido y reducción de la<br />

fuerza de contracción de los esfínteres.<br />

Ante cualquier afectación del tubo digestivo,<br />

una vez descartado un proceso patológico,<br />

la opción más adecuada es utilizar dietas<br />

ricas en fibra, líquidos abundantes, mantenimiento<br />

de ejercicio físico adecuado y evitar<br />

fármacos que puedan incidir en la fisiología<br />

normal gastro-intestinal.<br />

La fibra dietética requiere un comentario<br />

especial. El simple salvado de trigo puede<br />

mejorar la motilidad en un 60% de los<br />

casos con un aporte diario que no supera 15<br />

Envejecimiento: cambios y consecuencias. Nutrición 15<br />

a 20 gramos. Es evidente que debe transcurrir<br />

un periodo de días adecuado para que<br />

los efectos de la ingesta se hagan patentes.<br />

La fibra soluble es altamente recomendable,<br />

acompañada de una generosa ingesta de<br />

agua, ya que influye en el ritmo y absorción<br />

total de la glucosa y el colesterol. También<br />

la fibra insoluble, con el incremento del bolo<br />

fecal, tiene un impacto positivo para mejorar<br />

el estreñimiento.<br />

Las objeciones de que ha sido objeto<br />

la alta ingesta de fibra, en cuanto a que<br />

pueda dificultar la absorción de algunos<br />

minerales como el calcio y el hierro, no<br />

parecen dignas de consideración más que<br />

en aquellos pacientes que, de suyo, mantienen<br />

ya una dieta precaria en el aporte<br />

de nutrientes.<br />

Variaciones metabólicas<br />

Las transformaciones más importantes<br />

debidas al proceso de envejecimiento se<br />

agrupan en el área metabólica. En primer<br />

lugar, hay una disminución de la masa muscular<br />

activa y del tamaño visceral. Ello repercute<br />

inevitablemente en el gasto energético<br />

basal (GEB) o consumo de calorías por<br />

la actividad en ambas áreas del organismo.<br />

Estar vivo conlleva un gasto permanente,<br />

al margen de cualquier otra actividad sobreañadida.<br />

Y ese gasto es proporcional al volumen<br />

y capacidades de nuestra masa corporal.<br />

No es un descenso considerable, ya que<br />

apenas hay tres o cuatro puntos de diferencia<br />

entre un adulto de 40-45 años y un anciano<br />

de 75-80. Influye más la pérdida de actividad<br />

y el sedentarismo que el propio consumo<br />

basal de alimentos.<br />

Se calcula que, a partir de los 65 años,<br />

la masa muscular puede alcanzar pérdidas<br />

del 40%, el volumen hepático del 20% y las<br />

estructuras renal y pulmonar del 10%. Lógicamente,<br />

las funciones muestran un descenso<br />

paralelo: disminuye la síntesis protei-

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