Guía
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TABLA III. Aparato digestivo: principales<br />
cambios con el envejecimiento.<br />
En la boca<br />
– Pérdida de dentición<br />
– Disminución de la salivación<br />
– Tendencia a la atrofia mucosa<br />
En el esófago<br />
– Tendencia a la atrofia mucosa<br />
– Menor respuesta peristáltica<br />
– Aumento de la respuesta no peristáltica<br />
– Tendencia a la incompetencia del esfínter<br />
esófago-gástrico y al reflujo<br />
En el estómago<br />
– Tendencia a la gastrítis atrófica<br />
– Pérdida progresiva en la función motora<br />
– Disminución de la secreción gástrica<br />
– Peor respuesta vagal<br />
En el intestino<br />
– Tendencia a la atrofia mucosa<br />
– Acortamiento y ensanchamiento de los<br />
“villi”<br />
– Pérdidas en la función motora<br />
– Tendencia a la aparición de divertículos<br />
En el hígado y páncreas exocrino<br />
– Reducción del tamaño<br />
– Mínimos cambios funcionales<br />
Peor respuesta a las hormonas reguladoras<br />
– Insulina y glucagón<br />
– Grelina<br />
– Leptina<br />
Peor respuesta a numerosos fármacos de uso<br />
frecuente en la edad avanzada<br />
ciones en el tipo y en la cantidad de los<br />
alimentos ingeridos que se van incorporando<br />
al proceso de envejecer. También<br />
reflejan el grado de inactividad física. Pero<br />
a su vez, la presencia de sarcopenia va a<br />
condicionar las posibilidades de autoa-<br />
Puntos de partida y cuestiones generales 7<br />
limentarse que tiene el anciano, en la<br />
medida en la que va a ejercer una incidencia<br />
directa en su capacidad de autoabastecimiento<br />
(desplazamientos, actividad<br />
culinaria, etc.).<br />
b) Pérdidas óseas. La aparición durante la vejez<br />
de osteopenia y osteoporosis, así como su<br />
intensidad va a venir condicionada en gran<br />
parte por el tipo de dieta mantenido a lo<br />
largo de toda la vida. Niveles bajos de calcio<br />
y vitamina D son norma, como queda<br />
dicho, en la persona de edad avanzada y<br />
están obligando en los últimos años a<br />
modificar al alza las dosis diarias recomendadas<br />
de estos micronutrientes.<br />
c) Pérdidas en los órganos de los sentidos.<br />
Son una constante en la persona mayor.<br />
Somos conscientes por lo general de las<br />
que afectan a la vista y al oído, pero no<br />
lo somos tanto de las que comprometen<br />
al gusto y al olfato. Entre sus consecuencias<br />
negativas hay que señalar un desinterés<br />
creciente por la comida y el comer,<br />
así como una mayor dificultad para acceder<br />
a los alimentos.<br />
d) Pérdidas en el sistema inmune. Condicionadas<br />
también en parte por el tipo de<br />
dieta mantenido durante la vida. Ofrece<br />
algunas posibilidades de intervención<br />
preventiva y, eventualmente correctora<br />
en algunos casos, a través de indicaciones<br />
dietéticas concretas.<br />
¿EXISTEN UNOS PRINCIPIOS GENERALES<br />
REFERIDOS A LA ALIMENTACIÓN DE LAS<br />
PERSONAS MAYORES?<br />
La respuesta es sí, pero siempre prestando<br />
especial atención a las circunstancias concretas<br />
de cada persona. Asumimos que unas<br />
normas muy generales son difíciles de establecer<br />
ya que, como ocurre siempre en geriatría,<br />
las circunstancias individuales van a ser