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202 L. Padró Massaguer, P. Cervera Ral<br />

sos saturados y colesterol como prevención<br />

desde edades anteriores, junto con un uso<br />

moderado de sal y el mantenimiento del ejercicio<br />

físico (Ficha 3).<br />

Hipertensión<br />

La hipertensión es otra de las alteraciones<br />

frecuentes de las personas que han<br />

sobrepasado los 60 años; en estos casos, la<br />

propuesta debe basarse en una ligera disminución<br />

en el consumo de sal como condimento<br />

y de los alimentos con mayor contenido<br />

en este mineral.<br />

La restricción se sodio recomendada será<br />

moderada para evitar la aparición de anorexia<br />

entre otras posibles consecuencias<br />

(Ficha 4).<br />

Osteoporosis<br />

Las medidas que se recomiendan para la<br />

prevención de esta enfermedad son las de<br />

mantener o practicar algún tipo de ejercicio<br />

físico, cubrir las necesidades en vitamina D<br />

mediante la alimentación y también la exposición<br />

a los rayos solares, hacer un aporte<br />

suficiente en proteínas y en calcio. Los alimentos<br />

que nos aportan una buena cantidad<br />

de calcio y, además, de muy buena biodisponibilidad<br />

son los lácteos. La recomendación<br />

considera que se deberían consumir<br />

entre tres y cuatro raciones por día de los alimentos<br />

que componen este grupo.<br />

Dada la dificultad para cubrir la ingesta<br />

recomendada en vitamina D, en algunos<br />

casos puede ser recomendable la suplementación<br />

farmacológica (Ficha 5).<br />

Trastornos digestivos: Estreñimiento/<br />

Diarreas<br />

La disminución del peristaltismo intestinal<br />

que se produce de manera fisiológica<br />

con el paso de los años hace que les personas<br />

mayores sean más vulnerables a padecer<br />

estreñimiento. Con la edad también dis-<br />

minuye la fuerza de contracción del ano y la<br />

sensibilidad del recto. Si a todo ello se añade<br />

la reducción de la actividad física, una alimentación<br />

baja en fibra y un aporte escaso<br />

de agua, se favorece más el cuadro.<br />

No es aconsejable recurrir al uso de laxantes<br />

de manera indiscriminada, ya que<br />

muchos de ellos tienen un efecto irritante<br />

del intestino con consecuencias negativas<br />

como puede ser la dificultad para absorber<br />

algunos nutrientes.<br />

Otro trastorno frecuente en las personas<br />

mayores es la diarrea –aguda o crónica– que<br />

puede tener su origen en multitud de causas<br />

y factores. Siempre es conveniente tener<br />

muy en cuenta la hidratación y medidas dietéticas<br />

astringentes.<br />

Tanto para un caso como para el otro,<br />

siempre son buenas unas recomendaciones<br />

alimentarias específicas acompañadas de<br />

buenos hábitos higiénicos que pueden mejorar<br />

y dar confort a la vida diaria (Ficha 6).<br />

Sarcopenia<br />

La pérdida de la masa muscular se puede<br />

prevenir con la práctica del ejercicio físico<br />

y un aporte de proteínas de 1,2 g/kg de<br />

peso/día. La recomendación es la de consumir<br />

dos raciones por día de alimentos del<br />

grupo carne/pescado/huevos, además de<br />

los lácteos y de las proteínas que contienen<br />

los cereales y las legumbres. Para las personas<br />

vegetarianas, deben hacerse las complementaciones<br />

y equivalencias oportunas<br />

(Ficha 7).<br />

Desnutrición/ingestas bajas<br />

Para prevenir la desnutrición se aconseja<br />

hacer periódicos test de cribaje, de los que<br />

existen algunos de ellos muy sencillos y fáciles<br />

de llevar a cabo. La pérdida no deseada<br />

de peso es también un signo de alarma<br />

Frente a una evaluación nutricional no<br />

satisfactoria o frente a una pérdida de peso

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