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Guía

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106 R. Carmena Rodríguez, J. Redon i Mas<br />

RESUMEN<br />

• La prevalencia de hipertensión arterial en individuos de edad igual o superior a 60<br />

años es del 60%.<br />

• En las personas de edad avanzada, el tratamiento debe ser menos intenso que en<br />

las personas jóvenes.<br />

• Cuidar los aspectos dietéticos es de gran importancia, pues la hipertensión sensible<br />

a la sal es más frecuente en los mayores.<br />

• Las medidas no farmacológicas dirigidas a cambios del estilo de vida deben formar<br />

parte del tratamiento integral del paciente con hipertensión arterial.<br />

• El objetivo de estas medidas es reducir los valores de presión arterial (PA) y prevenir el<br />

desarrollo de la enfermedad cardiovascular (ECV) asociadas a la hipertensión arterial (HTA).<br />

• La dieta representa un papel primordial en otros factores de riesgo de ECV, especialmente<br />

en el sobrepeso, obesidad, metabolismo hidrocarbonato y el lipídico.<br />

• Pese a la aceptación general de los beneficios de la dieta hay escasas evidencias inequívocas<br />

de que la dieta sea capaz de reducir la morbi-mortalidad cardiovascular asociada<br />

a la hipertensión arterial (HTA).<br />

• La intervención dietética, dada la dificultad de mantenerla en el tiempo, no debe retrasar<br />

el inicio del tratamiento farmacológico en los pacientes con riego alto o muy alto.<br />

• El sobrepeso es muy prevalente en los pacientes con hipertensión arterial, siendo la<br />

restricción calórica una medida apropiada para la mayoría de los hipertensos.<br />

• El efecto antihipertensivo de la reducción de peso aumenta cuando se asocia simultáneamente<br />

a la actividad física, la moderación del consumo de alcohol en bebedores<br />

intensos y restricción de sal.<br />

• Es evidente una correlación directamente el consumo de sal y la prevalencia de hipertensión<br />

arterial y se asocia igualmente con una mayor mortalidad cardiovascular.<br />

• La restricción de la sal en la dieta, además de la restricción calórica y otras modificaciones<br />

dietéticas potencia la acción de la mayoría de los fármacos antihipertensivos<br />

y previene la hipopotasemia inducida por diuréticos.<br />

• Se aconseja a los pacientes hipertensos reducir a 5 gramos la sal por día y evitar alimentos<br />

de elevado contenido en sal, disminuyendo la adición de sal directa a las comidas,<br />

eliminando la sal de la mesa y controlando el consumo de alimentos envasados<br />

y precocinados.<br />

• Hay una relación epidemiológica directa entre el consumo de alcohol, las cifras de presión<br />

y la prevalencia de hipertensión.<br />

• Existen dudas respecto a que el consumo de alcohol en cantidades moderadas reduce<br />

el riesgo de infarto de miocardio y de morbilidad cardiovascular.<br />

• Las recomendaciones respecto al alcohol a los pacientes hipertensos pueden sintetizarse<br />

en: si son hipertensos abstemios, hay que recomendar que se mantengan abstemios;<br />

y si son hipertensos bebedores, se les debe aconsejar que reduzcan el consumo.<br />

• La dieta mediterránea esta asociada con la menor incidencia de enfermedades cardiovasculares<br />

(ECV) y debe aconsejarse a la población hipertensa.

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