13.07.2015 Views

LIBRO DE CONCORDIA COMPLETO - Escritura y Verdad

LIBRO DE CONCORDIA COMPLETO - Escritura y Verdad

LIBRO DE CONCORDIA COMPLETO - Escritura y Verdad

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

cosa que hablar, obrar y vivir santamente. El día de reposo en sí no precisa de santificaciónalguna, pues ya fue creado como día santo. Sin embargo, Dios desea que tal día sea santo tambiénpara ti. Por consiguiente, de ti dependerá que sea santo o no santo el día de reposo, según túhagas cosas santas o no santas. ¿Cómo tiene lugar ahora esta santificación? No sentándonosdetrás de la estufa o haciendo trabajos vulgares o colocándonos una corona sobre la cabeza oponiéndonos el mejor vestido; sino, como antes se indicó, para que nos ocupemos de la palabrade Dios y nos ejercitemos en ella.En verdad, los cristianos deberíamos observar siempre tal día festivo, y hacer cosassantas, esto es, ocuparnos a diario de la palabra de Dios teniéndola tanto en el corazón como enlos labios. Pero, como se dijo, no todos disponemos del tiempo y del ocio, por eso debemosdedicar algunas horas de la semana a la juventud, o por lo menos un día entero para todo elpueblo, con objeto de preocuparse de esto sólo y se estudien precisamente y mediten los DiezMandamientos, el Credo y el Padrenuestro, dirigiendo así toda nuestra vida y ser por la palabradivina. Cualquiera sea el tiempo en que estas cosas estén en vigor y sean practicadas, se observaun verdadero día de reposo; en otro caso, no deberá ser llamado día festivo cristiano. Porquequienes no son cristianos también saben festejar y descansar, igual que ese enjambre de nuestrosclérigos que se pasan el día en la iglesia; cantan, tocan, pero jamás santifican el día de reposo,pues ni predican, ni se ejercitan en la palabra de Dios, antes al contrario, enseñan y viven encontra de la misma.En efecto, la palabra de Dios es la cosa más santa de todas las cosas santas. Todavía más:ella es lo único que los cristianos conocemos y poseemos. Si reuniésemos todos los huesos yvestiduras santas y consagradas, de todos los santos, de nada nos ayudarían, pues son cosasmuertas y que no pueden santificarnos. Pero la palabra de Dios es el tesoro que todo lo santificay, también, lo que ha santificado a todos los santos. Ahora bien: las horas dedicadas a la palabrade Dios, ora predicándola, ora escuchándola, ora leyéndola, ora meditándola, son una ocupaciónque santifica a la persona, el día y la obra; mas no por la mera obra exterior, sino por la palabrade Dios que nos hace santos a todos. Por eso, digo sin cesar que toda nuestra vida y obra tienenque dirigirse por la palabra de Dios, si deben llamarse agradables a Dios o santas. Donde estoocurre, este mandamiento se cumple en su fuerza y plenitud. Por lo contrario, toda cosa u obraque se dirige fuera de la palabra de Dios son ante Dios no santas, aunque aparezcan yresplandezcan como quiera y si bien se las recubre de santidad, como hacen los ficticios estadosreligiosos que no conocen la palabra de Dios y buscan la santificación en sus obras.Ten en cuenta, pues, que la fuerza y el poder de este mandamiento no consiste en lacelebración, sino en la santificación del día festivo de manera que este día tenga una santaactividad especial. Otras actividades y negocios no pueden calificarse propiamente de actividadessantas, a no ser que el hombre que las ejecute sea ya de antemano santo; mientras que aquí sedebe realizar una tal obra mediante la cual el hombre mismo se santifique, lo cual, como ya sedijo, sucede solamente en virtud de la palabra de Dios. Y para este fin se han instruido ydeterminado lugares, tiempos y personas, así como también todo el culto divino exterior, con elobjeto de que estas cosas estén también en vigor públicamente.Dado que la palabra de Dios es tan importante que sin ella no es posible ser santificado eldía de reposo, debemos saber que Dios quiere que severamente se cumpla este mandamiento ycastiga a todos los que menosprecian su palabra y no quieren oírla y aprenderla, especialmente enel día fijado para esto. De aquí que no pequen contra este mandamiento únicamente quienes lousen groseramente en indebida forma profanándolo como, por ejemplo, hacen los que sedispensan de escuchar la palabra divina por avaricia o por ligereza o están en las tabernas locos ybeodos como los puercos; sino que también quebrantan el mandamiento el sinnúmero de personas245

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!