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LIBRO DE CONCORDIA COMPLETO - Escritura y Verdad

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también una disciplina, la humildad y el temor, como hacia una majestad que se oculta en ellos.Honrar no exige solamente que se les hable de una manera amistosa y con respeto, sino queprincipalmente se adopte una actitud de conjunto tanto del corazón como del cuerpo, mostrandoque se les estima mucho y considerándolos como la más alta autoridad después de Dios. Porquecuando se honra a alguien de corazón, se le debe considerar alto y elevado. Es, pues, precisoinculcar a los jóvenes que deben tener ante sus ojos a los padres en el lugar de Dios y pensar que,por modestos, pobres, débiles y raros que sean, Dios, sin embargo, se los ha dado por padres. Suconducta o sus faltas no los privan de estos honores; porque no hay que atender a las personascomo son, sino a la voluntad de Dios que está creando y arreglando todo en esta manera. Si bienpara Dios todos somos iguales; no obstante, entre nosotros, las cosas no podrían ser sin taldesigualdad y diferencia de rango. Por eso, Dios ha ordenado que se respeten tales diferencias;que tú seas obediente hacia mí, si soy tu padre y que yo tenga la autoridad.Conviene, por consiguiente, saber en primer lugar en qué consiste la honra hacia lospadres, según lo ordena el presente mandamiento. Se considerará a los padres ante todo en formaexcelente y digna, como el mayor tesoro sobre la tierra. Luego a los padres se les hablará enforma disciplinada, sin irritación ni terquedad, sin pedir explicaciones, sin malos modos; sino alcontrario, callando y concediéndoles la razón, aunque se extralimiten. Después se los honrará conobras, esto es, con el cuerpo y bienes materiales, sirviéndoles, ayudándoles y cuidándolos cuandosean ya ancianos, se encuentren enfermos, débiles o pobres. Y no es suficiente hacerlo todo congusto, sino al mismo tiempo con humildad y respeto, como si se hiciese en presencia de Diosmismo. El hijo que sabe cómo ha de tenerlos en su corazón, no consentirá que sufran penurias ohambre, antes bien los pondrá por encima de sí mismo y junto a sí, compartiendo con ellos lo queposee y cuanto puede dar.Mira y advierte, en segundo lugar, cuan grande bien y qué obra tan santa se propone aquía los hijos, que desgraciadamente se desprecia mucho y se echa al viento, y nadie capta que Diosha mandado estas cosas y que son una palabra y doctrina divinas y santas. De haberloconsiderado así, pudiera haber deducido cualquiera que quienes vivieran conforme a estemandamiento habrían de ser santos y no se habría necesitado la vida monacal o los estadosreligiosos. Cada hijo se habría atenido a este mandamiento y podría haber dirigido su concienciahacia Dios diciendo: "Si es preciso que haga obras buenas y santas, no conozco ninguna mejorque el honrar y el obedecer a mis padres, porque Dios mismo lo ha ordenado. Pues lo que Dios haordenado debe ser mayor y más digno que todo lo que nosotros mismos podamos imaginar. Y nopudiendo encontrar ni mejor ni mayor maestro que Dios, tampoco habrá mejor doctrina que laque él da. Ahora bien, Dios enseña abundantemente lo que debe hacerse para realizar obrashonradas y buenas y en el hecho de que las ordena demuestra que .se complace en ellas. Pero, sies Dios el que lo prescribe y si no puede presentar nada mejor, entonces yo no lo podré hacermejor."Mira, de este modo se hubiera podido instruir bien a un hijo piadoso, educado para lasalvación y reteniéndolo en el hogar, obediente y servicial a sus padres, se habría visto en ellobien y alegría. Sin embargo, no se vio la necesidad de dar valor al mandamiento divino, sino quese le descuidó, pasando rápidamente sobre él, de modo que no había hijo capaz de reflexionarsobre el mismo; mientras tanto se ha admirado lo que nosotros mismos hemos instituido, sinhaber pedido de ningún modo consejo de Dios sobre ello.Es preciso, pues, en nombre de Dios, que aprendamos la necesidad de que los jóvenesaparten sus ojos de todo lo demás, para poner la mira ante todo en este mandamiento. Si quierenservir a Dios con obras verdaderamente buenas, que hagan lo que a sus padres o quienes losrepresentan sea agradable. El hijo que así lo entienda y practique, tendrá primeramente gran247

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