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LIBRO DE CONCORDIA COMPLETO - Escritura y Verdad

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Con estas palabras el piadoso e inolvidable Dr. Lutero no atribuye al libre albedrío ningúnpoder por el cual pueda el hombre habilitarse o luchar para obtener la justicia, sino que dice queel hombre es ciego y siervo del pecado, siempre dispuesto a hacer la voluntad del diablo y lo quees contrario a Dios. Por lo tanto, en lo que respecta a la conversión del hombre, no hay en estocooperación alguna por parte de nuestra voluntad. El hombre tiene que ser atraído por Dios ynacer de nuevo. Si no es así, no hay en nuestro corazón pensamiento alguno que de por sí puedaacudir al evangelio para aceptarlo. De este mismo modo escribió el Dr. Lutero en su libro «ElAlbedrío Esclavo», para combatir a Erasmo. En este libro aclaró y defendió magistral yminuciosamente esta afirmación, y más tarde la repitió y explicó en su glorioso comentario sobreel Génesis, en particular sobre el capítulo 26. Cambien en este comentario se cuidó él, de la mejormanera posible y con el mayor cuidado, de que su opinión e interpretación respecto a algunosoíros argumentos peculiares introducidos incidentalmente por Erasmo, tal como la necesidadabsoluto, ele., fuesen lomados en sentido erróneo o pervertidos; cosa que nosotros repetimos aquíy recomendamos a otros.Por lo lanío, es enseñar incorrectamente cuando se afirma que el hombre no regeneradoposee aún el poder necesario para desear, recibir el evangelio y ser consolado por él, y que así lavoluntad natural del hombre coopera de algún modo en la conversión. Pues tal opinión errónea escontraria a las Sagradas <strong>Escritura</strong>s, la cristiana Confesión de Augsburgo, su Apología, losArtículos de Esmalcalda, el Catecismo Mayor y el Menor del Dr. Lutero, y otros escritos de esteexcelentísimo e ilustrísimo teólogo.Con esta doctrina respecto de la incapacidad y maldad de nuestro libre albedrío natural yrespecto de nuestra conversión y regeneración, a saber, que ella es la obra de Dios únicamente yno de nuestro poder, los iluminados y los epicúreos han cometido un gran abuso; y por medio desus arengas muchos se han vuelto desordenados e irregulares en su conducta, y remisos ynegligentes en lodo ejercicio cristiano en la oración, la lectura y la meditación piadosa; puesdicen que, como por su propio poder no pueden convertirse a Dios, persistirán en su contumazoposición a Dios o esperarán hasta que Dios los convierta contra la voluntad de ellos mismos; ocomo no pueden hacer nada en estas cosas espirituales, ya que lodo es obra de Dios y del EspírituSanto únicamente, no usarán, oirán o leerán ni la palabra ni el sacramento, sino que esperaránhasta que Dios, sin medio alguno, les instale sus dones celestiales de manera que realmentepuedan sentir en su adentro que Dios los ha convertido.Otras mentes débiles y perturbadas, ya que no entienden correctamente nuestra cristianadoctrina acerca del libre albedrío, quizás pueden caer en pensamientos acosadores y dudaspeligrosas respecto a si Dios las ha escogido y si también en ellas obrará sus dones por medio delEspíritu Santo, especialmente cuando no sientan una fe firme y ardiente ni obediencia sincera,sino sólo flaqueza, temor y miseria.Por esta razón ahora expondremos por medio de la palabra de Dios, cómo el hombre seconvierte a Dios, cómo y por qué medios (esto es, por la predicación de la palabra y por lossantos sacramentos) el Espíritu Santo quiere ser activo en nosotros, y obrar en nosotros yconcedernos verdadero arrepentimiento, fe y nuevo poder espiritual y capacidad para hacer lobueno, y cómo debemos proceder respecto a estos medios y utilizarlos.Dios no quiere que nadie se pierda, sino que todos se conviertan a él y se salveneternamente. «Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que elimpío se vuelva de su camino, y que viva» (Ez. 33:11). «De tal manera amó Dios al mundo, queha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vidaeterna» (Jn. 3:16).353

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