13.07.2015 Views

LIBRO DE CONCORDIA COMPLETO - Escritura y Verdad

LIBRO DE CONCORDIA COMPLETO - Escritura y Verdad

LIBRO DE CONCORDIA COMPLETO - Escritura y Verdad

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

seguridad, nadie se atreve a castigarle y él mismo quiere, además, que se le honre. Mientras tanto,los ladronzuelos que hurtaron a escondidas y acaso por primera vez en su vida, están obligados asoportar la vergüenza y el castigo, dando a los otros la apariencia de piedad y honorabilidad. Noobstante, sepan aquéllos que son los mayores ladrones a los ojos de Dios y que él los castigarásegún su valor y como se merecen.En vista de lo mucho que este mandamiento abarca, como ahora se ha indicado, serápreciso exponerlo y desarrollarlo ante el vulgo de tal manera que no se deje andar libre y conseguridad, sino que siempre se les presente ante sus ojos y se les inculque la cólera de Dios. Noes a los cristianos a quienes hemos de predicar estas cosas, sino principalmente a los perversos ytraviesos, cuyo mejor predicador seria el juez, el carcelero o el verdugo. Sepa, pues, cada cualque está obligado, so pena de privarse de la gracia de Dios, no sólo a no dañar al prójimo, ni aprivarle de sus beneficios, ni a dar pruebas de alguna infidelidad o perfidia, tanto en el comerciocomo en cualquier clase de negociación, sino que habrá de proteger también fielmente sus bienes,asegurar y promover su provecho, sobre todo si recibe en cambio dinero, salario y alimentación.Y quien desprecia con mala intención estas cosas, que siga su camino y que se libre delverdugo, pero no escapará a la ira y castigo de Dios. Mas si persistiere largamente en suterquedad y orgullo, no pasará jamás de ser un vagabundo y un mendigo y, además, será víctimade toda clase de calamidades y desgracias. Ahora, cuando deberías proteger los bienes de tusseñores, sólo piensas en llenar tu boca y tu vientre y adquieres tu salario como un ladrón y hacesque adornas se te festeje como si fueras un hidalgo. Obras como tantos otros que se resisten a susseñores y no hacen nada con gusto para evitarles perjuicios por amor y buen servicio. Considera,sin embargo, lo que ganarás con ello: cuando entres en posesión de tu bien y estés en tu casa (y,para tu desgracia, Dios te ayudará a ello), por una vuelta de las cosas, vendrá el castigo merecido,y si has tomado un céntimo o cometido un perjuicio, deberás pagar treinta veces más. Igualsucederá con artesanos y jornaleros, de cuyos caprichos insoportables hay que aguantar yescuchar hoy tantas cosas, como si fuesen señores en hacienda ajena y como si todo el mundoestuviese obligado a darles cuánto quieren. Bien; ellos que abusen lo que puedan. Dios, por suparte, no olvidará su mandamiento y les dará el pago que han merecido; y no los colgará de unahorca verde, sino seca, para que en toda su vida no logren prosperar, ni conseguir lo más mínimo.Ciertamente si hubiera un gobierno justamente ordenado en el país, se podría pronto reprimir yprecaver ese caprichoso proceder, como sucedía en otros tiempos en el Imperio Romano, ya queinmediatamente se colgaba de los cabellos a tal gente, de manera que constituía una advertenciapara los demás.Asimismo les ocurrirá a todos los demás que no hacen del mercado público y libre, sinouna especie de timba y cueva de ladrones, donde se explota a los pobres diariamente, imponiendonuevas cargas y subiendo los precios y cada cual sirviéndose del mercado según su antojo y,además, provocantes y orgullosos, como si tuvieran atribución y derecho de vender su mercancíatan cara como mejor ¡es parezca, sin que nadie deba intervenir. Por cierto, veamos cómo hacenpor robar, amontonar riquezas; pero confiemos en Dios que a pesar de esto hará que aunque pormucho tiempo robes y afanosamente acumules riquezas, pronunciará su bendición sobre ello, demodo que el grano se pudra en el granero, la cerveza en la bodega y el ganado en su establo. Yaunque sólo hubieras engañado y explotado a los demás en una onza, lo que almacenares, serácorroído y devorado, sin que jamás te alegres de ello.Vemos y experimentamos ciertamente ante nuestros ojos cada día que los bienesalcanzados por el hurto o por procedimientos injustos no prosperan. ¡Cuántas personas se afananen acumular bienes día y noche, sin conseguir enriquecerse en lo más mínimo! Y aunqueamontonen mucho, deben soportar tantas calamidades y desgracias que ni lo pueden disfrutar con259

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!