13.07.2015 Views

LIBRO DE CONCORDIA COMPLETO - Escritura y Verdad

LIBRO DE CONCORDIA COMPLETO - Escritura y Verdad

LIBRO DE CONCORDIA COMPLETO - Escritura y Verdad

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

de la última Pascua, al principio de su amarga pasión y muerte por nuestros pecados, en esosúltimos y tristes momentos, después de haber considerado el asunto con la mayor solemnidad enla institución de este muy importante sacramento, el cual sería usado hasta el fin del mundo conla mayor reverencia y humildad como memoria perpetua de su amarga pasión y muerte y detodos sus beneficios, como sello y confirmación del nuevo pacto, como consuelo para todocorazón atribulado y como unión firme de los cristianos con Cristo, su Cabeza, y de los unos conlos otros, al ordenar e instituir él la santa cena, pronunció las siguientes palabras respecto al panque bendijo y dio a sus discípulos: «Tomad, comed: Esto es mi cuerpo que por vosotros es dado»(Mt. 26:26; Lc. 22:19), y respecto a la copa, o el vino: «Esto es mi sangre del nuevo pacto, quepor vosotros es derramada para remisión de los pecados» (Mr. 14:24; Lc. 22:20; Mt. 26:28).Por lo tanto, es nuestro deber no interpretar y explicar estas palabras del Eterno, verdaderoy todopoderoso Hijo de Dios, nuestro Señor, Creador, y Redentor, de un modo diferente, esto es,de un modo alegórico, figurado o metafórico, según parezca agradable a nuestra razón, sino confe sencilla y debida obediencia aceptar las palabras tal como rezan, en su sentido propio y claro, yno permitir que seamos desviados del Testamento expreso de Cristo por objeciones ycontradicciones humanas, extraídas de la razón humana, no importa cuan atractivas perezcan a larazón.El ejemplo de Abraham ilustra lo antedicho. Cuando Abraham oyó que Dios le dijo quesacrificara a su hijo, suficiente razón tuvo para argüir si las palabras de Dios debían serentendidas literalmente o en un sentido más tolerable y cómodo, ya que las palabras del Señorreñían abiertamente no sólo con la razón humana y con la ley divina y natural, sino también conel artículo principal de la fe respecto a la Simiente prometida, Cristo, que nacería de Isaac. Sinembargo, procedió así como había procedido antes, cuando se le hizo la promesa, y otorgó a Diosel honor de la verdad, y con la mayor confianza concluyó y creyó que Dios podía cumplir lo quehabía prometido, aunque le parecía imposible a su razón. Asimismo en el caso de Isaac, Abrahamentiende y cree con toda sencillez y claridad las palabras y el mandato de Dios, aceptando todoliteralmente, y encomienda el asunto a la omnipotencia y sabiduría de Dios, quien tiene muchasmás maneras de cumplir la promesa respecto a la Simiente procedente de Isaac que las que élpuede comprender con su ciega razón.De igual modo, también nosotros simplemente debemos creer con toda humildad yobediencia las palabras perspicuas, firmes, claras y solemnes y el mandato de nuestro Creador yRedentor, sin abrigar duda o entablar argumento respecto a si cuadran con nuestra razón o si sonposibles. Pues estas palabras fueron pronunciadas por aquel Señor que es la Sabiduría y la<strong>Verdad</strong> misma y que puede cumplir y otorgar todo lo que promete.Todas las circunstancias de la institución de la santa cena testifican que estas palabras denuestro Señor y Salvador Jesucristo, las cuales son de por sí sencillas, claras e indubitables, nopueden ni deben ser entendidas en un significado diferente del significado acostumbrado, propioy común que ellas poseen. Pues ya que Cristo dio este mandamiento (de que su cuerpo seacomida, etc.), en tanto que él y sus discípulos estaban sentados a la mesa y participaban de lacena, no hay duda, pues de que él habla del pan real y natural y del vino natural; asimismo delcomer y beber con la boca, de modo que no puede haber metáfora, esto es, cambio de significadoen la palabra «pan», como si el cuerpo de Cristo fuese un pan espiritual o un alimento espiritualpara el alma. De igual modo, Cristo mismo se cuida de no expresar metonimia alguna, esto es, deque no haya cambio de significado en la palabra «cuerpo», y de no hablar respecto a una señal desu cuerpo, o respecto a un cuerpo simbólico o figurado, o respecto a la virtud de su cuerpo o losbeneficios que él nos ha conseguido por medio del sacrificio de su cuerpo, sino que él habla de sucuerpo verdadero y esencial, que entregó mediante su muerte por nosotros, y de su sangre386

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!