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LIBRO DE CONCORDIA COMPLETO - Escritura y Verdad

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el pecado original permanece después del Bautismo. Siempre escribió que el Bautismo quita lafalta del pecado original, aunque lo material del pecado, como ellos dicen, la concupiscencia,permanezca. Añadió, además, acerca de lo material, que el Espíritu Santo dado a través delBautismo empieza a mortificar la concupiscencia, y crea nuevos movimientos en el hombre.36] Del mismo modo habla Agustín cuando dice: El pecado se perdona en el Bautismo, node modo que ya no exista, sino de modo que no sea imputado. Aquí confiesa abiertamente queexiste el pecado, es decir, que permanece, aunque no se imputa. Y esta opinión agradó tanto a losque le sucedieron, que se recitaba en los decretos. Agustín dice asimismo contra Juliano: Esta ley,que está en los miembros, ha sido anulada por la regeneración espiritual y permanece en la carnemortal. Ha sido anulada, porque la falta ha sido absuelta por el Sacramento, por el cual los fielesvuelven a nacer de nuevo; pero permanece porque obra deseos contra los cuales luchan los fieles.37] Nuestros adversarios saben que así lo pensaba y enseñaba Lutero, pero como nopueden rebatir el argumento pervierten sus palabras para oprimir con este artificio a un hombreinocente.38] Afirman, sin embargo, que la concupiscencia es pena, y no pecado. Lutero insiste enque es pecado. Hemos dicho antes que Agustín define el pecado original diciendo que esconcupiscencia. Si esta opinión tiene algún inconveniente, pídanle cuentas a Agustín.39] Además, Pablo dice, Rom. 7, 23: Tampoco conociera la concupiscencia, si la ley nodijera: no codiciarás. Y asimismo: Veo otra ley en mis miembros que se rebela contra la ley de miespíritu y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.40] Ningún sofisma puede echar por tierra estos testimonios. Llaman claramente pecado ala concupiscencia, pero este pecado no se imputa a aquellos que están en Cristo, aunque pornaturaleza sea digno de muerte cuando no hay perdón.41] Así lo piensan los Padres, sin disputa alguna. Porque Agustín, en una larga discusión,rechaza la opinión de los que creían que la concupiscencia en el hombre no era vicio,sino , una cosa indiferente, del mismo modo que el color del cuerpo o la mala saludson .42] Si nuestros adversarios insisten en que el fomes, o mala inclinación, es oindiferente, se hallarán en completo desacuerdo, no sólo con muchos pasajes de la <strong>Escritura</strong>, sinocon toda la Iglesia. Porque aun cuando no se llegase a un perfecto acuerdo en estas materias,¿quien se atrevió jamás a decir que son , o indiferentes, dudar de la ira de Dios, de lagracia de Dios, del Verbo de Dios, airarse contra los juicios de Dios, indignarse porque losimpíos tienen mejor fortuna que los buenos, dejarse llevar por la ira, la lujuria, la ambición degloria, de riquezas, etc.?43] Sin embargo, estas cosas las reconocen en sí mismos los hombres piadosos, como seve en los Salmos y en los Profetas. Pero en sus escuelas, han sacado de la filosofía opinionescompletamente contrarias, como la de que a causa de las pasiones no somos buenos ni malos, nidignos de alabanza o de vituperio. Y también, que nada es pecado si no es voluntario. Estasopiniones se referían, entre los filósofos, no al juicio de Dios, sino al juicio civil. Añadenasimismo, con la misma imprudencia, otras opiniones, como la de que la naturaleza no es mala.Esto no lo censuramos cuando se dice oportunamente, pero no se debe torcer para desvirtuar elpecado original. Y, sin embargo, estas opiniones se leen entre los escolásticos, que mezclaninoportunamente la doctrina filosófica o civil referente a la ética con el Evangelio.44] Y estas cosas prevalecían en las escuelas, y de las escuelas, como se acostumbra, sellevaban al pueblo. Estas convicciones reinaban y alentaban la confianza en las fuerzas humanas,e impedían el conocimiento de la gracia de Cristo.48

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