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LIBRO DE CONCORDIA COMPLETO - Escritura y Verdad

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en Mateo 10:29: «¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae atierra sin vuestro Padre». Y el Salmo 139:16 dice: «Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libroestaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas».Asimismo Isaías 37:28: «He conocido tu condición, tu salida y tu entrada, y tu furor contra mí».Por otro lado, la eterna elección de Dios, o predestinación, no se extiende sobre los fielesy sobre los impíos en común, sino solamente sobre los hijos de Dios, que han sido elegidos ydestinados para la vida eterna antes de la fundación del mundo, como dice San Pablo en Efesios1:4-5: «Nos escogió en Cristo, habiéndonos predestinado a la adopción de hijos, por medio deJesucristo».La presciencia o preconocimiento de Dios prevé y preconoce también lo malo, pero no enel sentido de que fuese la misericordiosa voluntad de Dios que lo malo acontezca; antes bien, loque la perversa y mala voluntad del diablo y de los hombres se propondrá y hará, o quiereproponerse y hacer, esto todo lo ve y lo sabe Dios de antemano; y su preconocimiento observa, suorden también en las cosas u obras malas, de manera tal que Dios fija lo malo, que él no quiere niaprueba, su meta y medida, determinando hasta dónde debe ir y hasta cuándo debe durar lo malo,y cuándo y cómo él habrá de impedirlo y castigarlo. Y todo esto lo gobierna Dios de modo talque al fin todo redunda en gloria para su nombre divino, en bien de sus escogidos y en confusióny vergüenza de los impíos.El principio empero y la causa del mal no es la presciencia de Dios— pues Dios no obrani efectúa lo malo, tampoco lo apoya y promueve—sino la voluntad depravada y perversa deldiablo y de los hombres, como está escrito en Oseas 13:9: «¡Te perdiste, oh Israel, mas en mí estátu ayuda!» y en el Salmo 5:4: «Tú no eres un Dios que se complace en la maldad».La elección eterna de Dios empero no sólo prevé la salvación de los electos y tienepresciencia de ella, sino que, puesto que procede del propósito de la gracia de Dios en CristoJesús, es también una causa que procura, obra, ayuda y promueve nuestra salvación y lo que aella se refiere; y sobre esa elección eterna está fundada nuestra salvación de modo tal que «laspuertas del Hades no prevalecerán contra ella» (Mt. 16:18) como está escrito en Juan 10:28:«Nadie las arrebatará de la mano de mi Padre», y en Hechos 13:48: «Creyeron todos los queestaban ordenados para vida eterna».Esta eterna elección u ordenación de Dios para la vida eterna tampoco debe serrelacionada tan sólo con el secreto e inescrutable consejo de Dios, como si no incluyese más o noperteneciese a ella otra cosa ni hubiese que considerar en conexión con ella nada más que elhecho de que Dios haya previsto quiénes y cuántos habrían de ser salvos y quiénes y cuántoshabrían de ser condenados, o que Dios haya pasado revista a los hombres determinando: Éstedebe ser salvado, aquél condenado; éste deberá perseverar hasta el fin, aquél no deberáperseverar.Pues de ese concepto erróneo, muchos extraen y conciben pensamientos absurdos,peligrosos y nocivos, que ocasionan y fomentan o seguridad carnal e impenitencia, o desaliento ydesesperación, al punto que tales hombres caen en cavilaciones aflictivas y peligrosas, y hastallegan a afirmar: Por cuanto Dios preconoció (predestinó) a sus escogidos para la salvación yaantes de la fundación del mundo (Ef. 1:4), y por cuanto el preconocimiento (o elección) de Diosno puede fallar ni puede ser impedido o cambiado por nadie (Is. 14:27; Ro. 9:11, 19), por tanto:Si yo he sido preconocido (elegido) para la salvación, nada me puede dañar en ese respecto, auncuando impenitentemente cometo toda suerte de pecados e infamias, desprecio la palabra y lossacramentos, y me desentiendo por completo del arrepentimiento, la fe, la oración y la vidapiadosa; antes bien, tengo que salvarme y me salvaré, porque el preconocimiento (la elección) deDios no puede menos que cumplirse; por otra parte, si no he sido preconocido (elegido), de nada414

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