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LIBRO DE CONCORDIA COMPLETO - Escritura y Verdad

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obras no son necesarias, sino que son voluntarias (libres y espontáneas) porque no son hechasbajo los efectos del miedo o del castigo de la ley sino que han de salir de un espíritu voluntario yun corazón gozoso. A fin de combatir esta aserción, la otra facción sostenía que las buenas obrasson necesarias.Originalmente, dio ocasión a esta última controversia el uso de las palabras «necesarias» y«libres», porque la palabra «necesarias», en particular, significa no sólo el orden eterno einmutable según el cual todos los hombres tienen la obligación y el deber de obedecer a Dios,sino que también significa a veces cierta coerción, por la cual la ley fuerza al hombre a hacerbuenas obras.Con el tiempo la disputa ya no se limitaba a esas palabras, sino que también la doctrinamisma era atacada con implacable violencia, y se sostenía que la nueva obediencia no eranecesaria en los regenerados, por causa del orden divino ya citado. A fin de aclarar estedesacuerdo de una manera cristiana y según la guía de la palabra de Dios y por la gracia divinaresolverlo por completo, presentamos a continuación nuestra doctrina, fe y confesión:En primer lugar, no existe controversia alguna entre nuestros teólogos respecto a lossiguientes puntos de este artículo, a saber: Que Dios desea, ordena y manda que los creyentesanden en buenas obras; y que las verdaderas buenas obras no son aquellas que alguien inventaestimulado por la buena intención ni las que se hacen según las tradiciones humanas, sinoaquellas que Dios mismo ha prescrito y ordenado en su palabra; y que las verdaderas buenasobras no son fruto de nuestro propio poder espiritual, sino que hace obras agradables a Diosaquella persona que mediante la fe se ha reconciliado con Dios y ha sido renovada por el EspírituSanto, o como dice San Pablo, «es creada de nuevo en Cristo Jesús para buenas obras» (Ef. 2:10).Ni tampoco existe controversia alguna en cuanto a cómo y por qué las buenas obras de loscreyentes, aunque en esta vida son impuras e incompletas, son agradables y aceptables a Dios;pues lo son por causa de Cristo, por medio de la fe, porque la persona es agradable a Dios. Pueslas obras que se hacen para preservar la disciplina externa (obras de las cuales son capacestambién los incrédulos y los no convertidos y de quienes son exigidas) aunque loables delante delmundo y recompensadas por Dios en esta vida son beneficios temporales, sin embargo, ya que noproceden de la verdadera fe, son pecados delante de Dios, esto es, tienen la mancha del pecado, yson consideradas por Dios como pecados e impuras, por causa de la corrupción de la naturalezahumana y porque el que las hace no se ha reconciliado aún con Dios. «No puede el buen árbol darmalos frutos» (Mt. 7:18), y según leemos en Romanos 14:23: «Todo lo que no proviene de la fe,es pecado». Pues la persona tiene primeramente que ser aceptable a Dios, y esto sólo por causa deCristo, si es que las obras de esa persona han de ser agradables a Dios.Por lo tanto, de las obras que son verdaderamente buenas y agradables a Dios y que Diosrecompensará en este mundo y en el venidero, la fe tiene que ser la madre y la fuente. Es por estarazón que San Pablo las llama verdaderos frutos de la fe, como también del Espíritu. Pues, comoel Dr. Lutero escribe en su Prefacio a la Epístola de San. Pablo a los Romanos: «Así la fe es unaobra divina en nosotros, que nos cambia, nos regenera de parte de Dios y da muerte al viejoAdán, nos hace personas enteramente diferentes en el corazón, espíritu, mente y todas lasfacultades, y nos confiere el Espíritu Santo. ¡Oh! la fe es una cosa tan viva, fecunda, activa ypoderosa que le es imposible no hacer continuamente lo bueno. Ni tampoco pregunta si se debenhacer buenas obras, sino que antes de hacer la pregunta, ya ha hecho las buenas obras y estásiempre ocupada en hacerlas. Pero al que no hace tales obras le falta la fe, y anda a tientasbuscando ciegamente la fe y las buenas obras, y ro sabe ni en qué consiste la fe o las buenasobras, y sin embargo, habla mucho y sin substancia acerca de la fe y las buenas obras. La fe quejustifica es una confianza viva e intrépida en la gracia de Dios, tan intrépida que uno moriría mil368

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