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El Conflicto de los Siglos por Elena de White [Nueva Ed.]

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

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<strong>El</strong> <strong>Conflicto</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> Sig<strong>los</strong><br />

La persecución contra la iglesia no continuó durante todos <strong>los</strong> 1260 años. Dios, usando <strong>de</strong><br />

misericordia con su pueblo, acortó el tiempo <strong>de</strong> tan horribles pruebas. Al pre<strong>de</strong>cir la "gran tribulación"<br />

que había <strong>de</strong> venir sobre la iglesia, el Salvador había dicho: "Si aquel<strong>los</strong> días no fuesen acortados,<br />

ninguna carne sería salva; mas <strong>por</strong> causa <strong>de</strong> <strong>los</strong> escogidos, aquel<strong>los</strong> días serán acortados." (S. Mateo 24:<br />

22.) Debido a la influencia <strong>de</strong> <strong>los</strong> acontecimientos relacionados con la Reforma, las persecuciones<br />

cesaron antes <strong>de</strong>l año 1798. Y acerca <strong>de</strong> <strong>los</strong> dos testigos, el profeta <strong>de</strong>clara más a<strong>de</strong>lante: "Estos son <strong>los</strong><br />

dos olivos y <strong>los</strong> dos can<strong>de</strong>labros, que están <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> la presencia <strong>de</strong>l Señor <strong>de</strong> toda la tierra." "Lámpara<br />

es a mis pies tu palabra —dijo el salmista,— y luz a mi camino." (Apocalipsis 11: 4; Salmo 119: 105,<br />

V.M.) Estos dos testigos representan las Escrituras <strong>de</strong>l Antiguo Testamento y <strong>de</strong>l Nuevo. Ambos son<br />

testimonios im<strong>por</strong>tantes <strong>de</strong>l origen y <strong>de</strong>l carácter perpetuo <strong>de</strong> la ley <strong>de</strong> Dios. Ambos testifican también<br />

acerca <strong>de</strong>l plan <strong>de</strong> salvación. Los símbo<strong>los</strong>, <strong>los</strong> sacrificios y las profecías <strong>de</strong>l Antiguo Testamento se<br />

refieren a un Salvador que había <strong>de</strong> venir. Y <strong>los</strong> Evangelios y las epístolas <strong>de</strong>l Nuevo Testamento hablan<br />

<strong>de</strong> un Salvador que vino tal como fuera predicho <strong>por</strong> <strong>los</strong> símbo<strong>los</strong> y la profecía.<br />

"Los cuales profetizarán mil doscientos sesenta días, vestidos <strong>de</strong> sacos." Durante la mayor parte<br />

<strong>de</strong> dicho período <strong>los</strong> testigos <strong>de</strong> Dios permanecieron en obscuridad. <strong>El</strong> po<strong>de</strong>r papal procuró ocultarle al<br />

pueblo la Palabra <strong>de</strong> verdad y poner ante él testigos falsos que contradijeran su testimonio. (Véase el<br />

Apéndice.) Cuando la Biblia fue prohibida <strong>por</strong> las autorida<strong>de</strong>s civiles y religiosas, cuando su testimonio<br />

fue pervertido y se hizo cuanto pudieron inventar <strong>los</strong> hombres y <strong>los</strong> <strong>de</strong>monios para <strong>de</strong>sviar <strong>de</strong> ella la<br />

atención <strong>de</strong> la gente, y cuando <strong>los</strong> que osaban proclamar sus verda<strong>de</strong>s sagradas fueron perseguidos,<br />

entregados, atormentados, confinados en las mazmorras, martirizados <strong>por</strong> su fe u obligados a refugiarse<br />

en las fortalezas <strong>de</strong> <strong>los</strong> montes y en las cuevas <strong>de</strong> la tierra, fue entonces cuando <strong>los</strong> fieles testigos<br />

profetizaron vestidos <strong>de</strong> sacos. No obstante, siguieron dando su testimonio durante todo el período <strong>de</strong><br />

1260 años.<br />

Aun en <strong>los</strong> tiempos más sombríos hubo hombres fieles que amaron la Palabra <strong>de</strong> Dios y se<br />

manifestaron ce<strong>los</strong>os <strong>por</strong> <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r su honor. A estos fieles siervos <strong>de</strong> Dios les fueron dados po<strong>de</strong>r,<br />

sabiduría y autoridad para que divulgasen la verdad durante todo este período. "Y si alguno procura<br />

dañar<strong>los</strong>, fuego proce<strong>de</strong> <strong>de</strong> sus bocas, y <strong>de</strong>vora a sus enemigos; y si alguno procurare dañar<strong>los</strong>, es<br />

menester que <strong>de</strong> esta manera sea muerto." (Apocalipsis 11: 5, V.M.) Los hombres no pue<strong>de</strong>n pisotear<br />

impunemente la Palabra <strong>de</strong> Dios. <strong>El</strong> significado <strong>de</strong> tan terrible sentencia resalta en el último capítulo <strong>de</strong>l<br />

Apocalipsis: "Yo protesto a cualquiera que oye las palabras <strong>de</strong> la profecía <strong>de</strong> este libro: Si alguno<br />

añadiere a estas cosas, Dios pondrá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare<br />

<strong>de</strong> las palabras <strong>de</strong>l libro <strong>de</strong> esta profecía, Dios quitará su parte <strong>de</strong>l libro <strong>de</strong> la vida, y <strong>de</strong> la santa ciudad,<br />

y <strong>de</strong> las cosas que están escritas en este libro." (Apocalipsis 22: 18, 19.)<br />

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