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El Conflicto de los Siglos por Elena de White [Nueva Ed.]

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

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<strong>El</strong> <strong>Conflicto</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> Sig<strong>los</strong><br />

Capítulo 20 : La Luz a Través <strong>de</strong> las Tinieblas<br />

LA OBRA <strong>de</strong> Dios en la tierra presenta, siglo tras siglo, sorpren<strong>de</strong>nte analogía en cada gran<br />

movimiento reformatorio o religioso. Los principios que rigen el trato <strong>de</strong> Dios con <strong>los</strong> hombres son<br />

siempre <strong>los</strong> mismos. Los movimientos im<strong>por</strong>tantes <strong>de</strong> hogaño concuerdan con <strong>los</strong> <strong>de</strong> antaño, y la<br />

experiencia <strong>de</strong> la iglesia en tiempos que fueron encierra lecciones <strong>de</strong> gran valor para <strong>los</strong> nuestros.<br />

Ninguna verdad se enseña en la Biblia con mayor claridad que aquella <strong>de</strong> que <strong>por</strong> medio <strong>de</strong> su Santo<br />

Espíritu Dios dirige especialmente a sus siervos en la tierra en <strong>los</strong> gran<strong>de</strong>s movimientos en pro <strong>de</strong>l<br />

a<strong>de</strong>lanto <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> salvación. Los hombres son en mano <strong>de</strong> Dios instrumentos <strong>de</strong> <strong>los</strong> que él se vale<br />

para realizar sus fines <strong>de</strong> gracia y misericordia. Cada cual tiene su papel que <strong>de</strong>sempeñar; a cada cual le<br />

ha sido concedida cierta medida <strong>de</strong> luz a<strong>de</strong>cuada a las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> su tiempo, y suficiente para<br />

permitirle cumplir la obra que Dios le asignó. Sin embargo, ningún hombre, <strong>por</strong> mucho que le haya<br />

honrado el Cielo, alcanzó jamás a compren<strong>de</strong>r completamente el gran plan <strong>de</strong> la re<strong>de</strong>nción, ni siquiera<br />

a apreciar <strong>de</strong>bidamente el propósito divino en la obra para su propia época. Los hombres no entien<strong>de</strong>n<br />

<strong>por</strong> completo lo que Dios quisiera cumplir <strong>por</strong> medio <strong>de</strong> la obra que les da que hacer; no entien<strong>de</strong>n, en<br />

todo su alcance, el mensaje que proclaman en su nombre.<br />

¿Pue<strong>de</strong>s tú <strong>de</strong>scubrir las cosas recónditas <strong>de</strong> Dios? ¿Pue<strong>de</strong>s hasta lo sumo llegar a conocer al<br />

Todopo<strong>de</strong>roso?" "Mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos,<br />

dice Jehová. Porque como <strong>los</strong> cie<strong>los</strong> son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que<br />

vuestros caminos, y mis pensamientos que vuestros pensamientos." "Yo soy Dios, . . . y no hay ninguno<br />

como yo, que <strong>de</strong>claro el fin <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el principio, y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la antigüedad cosas aún no hechas." (Job 11: 7;<br />

Isaías 55: 8, 9; 46: 9, 10, V.M.) Ni siquiera <strong>los</strong> profetas que fueron favorecidos <strong>por</strong> la iluminación<br />

especial <strong>de</strong>l Espíritu comprendieron <strong>de</strong>l todo el alcance <strong>de</strong> las revelaciones que les fueron concedidas.<br />

Su significado <strong>de</strong>bía ser aclarado, <strong>de</strong> siglo en siglo, a medida que el pueblo <strong>de</strong> Dios necesitase la<br />

instrucción contenida en ellas. Escribiendo San Pedro acerca <strong>de</strong> la salvación dada a conocer <strong>por</strong> el<br />

Evangelio, dice: "Respecto <strong>de</strong> la cual salvación, buscaron e inquirieron diligentemente <strong>los</strong> profetas, que<br />

profetizaron <strong>de</strong> la gracia que estaba reservada para vosotros: inquiriendo qué cosa, o qué manera <strong>de</strong><br />

tiempo indicaba el Espíritu <strong>de</strong> Cristo que estaba en el<strong>los</strong>, cuando <strong>de</strong> antemano daba testimonio <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />

pa<strong>de</strong>cimientos que durarían hasta Cristo, y <strong>de</strong> las glorias que <strong>los</strong> seguirían. A quienes fue revelado que<br />

no para sí mismos, sino para nosotros, ministraban estas cosas. (1 S. Pedro 1: 10-12, V.M.)<br />

No obstante, a pesar <strong>de</strong> no haber sido dado a <strong>los</strong> profetas que comprendiesen enteramente las<br />

cosas que les fueron reveladas, procuraron con fervor toda la luz que Dios había tenido a bien manifestar.<br />

Buscaron e inquirieron diligentemente," "inquiriendo qué cosa o qué manera <strong>de</strong> tiempo indicaba el<br />

Espíritu <strong>de</strong> Cristo que estaba en el<strong>los</strong>." ¡Qué lección para el pueblo <strong>de</strong> Dios en la era cristiana, para cuyo<br />

beneficio estas profecías fueron dadas a sus siervos! "A quienes fue revelado que no para sí mismos,<br />

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