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El Conflicto de los Siglos por Elena de White [Nueva Ed.]

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

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<strong>El</strong> <strong>Conflicto</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> Sig<strong>los</strong><br />

Notas Generales<br />

Apéndice<br />

Página 54. TÍTULOS.— En un pasaje que forma parte <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho canónico, el papa Inocencio<br />

III <strong>de</strong>clara que el pontífice romano es "el vicario en la tierra, no <strong>de</strong> un mero hombre, sino <strong>de</strong>l mismo<br />

Dios;" y en una g<strong>los</strong>a <strong>de</strong>l trozo se explica que esto es así <strong>de</strong>bido a que el papa es el vicario <strong>de</strong> Cristo, el<br />

cual es "verda<strong>de</strong>ro Dios y verda<strong>de</strong>ro hombre." (Véase Decretal. D. Gregor. Pap. 9. lib. 1, <strong>de</strong> translat.<br />

Episc. tit. 7, c. 3. Corp. Jur. Canon, ed. París, 1612; tom. 2. Decretal. Col. 205.) En cuanto al título "Señor<br />

Dios el Papa," véase una g<strong>los</strong>a <strong>de</strong> las Extravagantes <strong>de</strong>l papa Juan XXII, título 14, cap. 4, "Declaramus."<br />

En una edición <strong>de</strong> las Extravagantes, impresa en Amberes en 1584, se encuentran en la columna 153 las<br />

palabras "Dominuin Deun nostrum Papam" ("Nuestro Señor Dios el Papa"). En una edición <strong>de</strong> París, <strong>de</strong>l<br />

año 1612, se hallan en la columna 140. En varias ediciones publicadas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1612, hase omitido la<br />

palabra "Deum" ("Dios").<br />

Página 56. CULTO DE LAS IMÁGENES.— <strong>El</strong> culto <strong>de</strong> las imágenes... fue una <strong>de</strong> esas<br />

corrupciones <strong>de</strong>l cristianismo que se introdujeron en la iglesia furtivamente y casi sin que se notaran.<br />

Esta corrupción no se <strong>de</strong>sarrolló <strong>de</strong> un golpe, cual aconteció con otras herejías, pues en tal caso habría<br />

sido censurada y con<strong>de</strong>nada enérgicamente, sino que, una vez iniciada en forma disfrazada y plausible,se<br />

fueron introduciendo nuevas prácticas una tras otra <strong>de</strong> modo tan paulatino que la iglesia se vio totalmente<br />

envuelta en idolatría no sólo sin enérgica oposición, sino sin siquiera protesta resuelta alguna; y cuando<br />

al fin se hizo un esfuerzo para extirpar el mal, resultó éste <strong>por</strong> <strong>de</strong>más arraigado para ello. . . . La causa<br />

<strong>de</strong> dicho mal hay que buscarla en la propensión idolátrica <strong>de</strong>l corazón humano a adorar a la criatura más<br />

bien que al Creador. . . . "Las imágenes y <strong>los</strong> cuadros fueron introducidos al principio en la iglesia no<br />

para que fueran adorados, sino para que sirvieran como <strong>de</strong> libros que facilitaran la tarea <strong>de</strong> enseñar a <strong>los</strong><br />

que no sabían leer o para <strong>de</strong>spertar en otros <strong>los</strong> sentimientos <strong>de</strong> <strong>de</strong>voción. Difícil es <strong>de</strong>cir hasta qué punto<br />

este medio correspondió al fin propuesto; pero aun concediendo que así fuera durante algún tiempo, ello<br />

no duró, y pronto <strong>los</strong> cuadros e imágenes puestos en las iglesias, en lugar <strong>de</strong> ilustrar, obscurecían la<br />

mente <strong>de</strong> <strong>los</strong> ignorantes y <strong>de</strong>gradaban la <strong>de</strong>voción <strong>de</strong> <strong>los</strong> creyentes en lugar <strong>de</strong> exaltarla. De suerte que,<br />

<strong>por</strong> más que se quiso emplear unos y otros para dirigir <strong>los</strong> espíritus <strong>de</strong> <strong>los</strong> hombres hacia Dios, no<br />

sirvieron en fin <strong>de</strong> cuentas sino para alejar<strong>los</strong> <strong>de</strong> él e inducirles a la adoración <strong>de</strong> las cosas creadas." —<br />

J. Mendham, The Seventh General Council, the Second of Nicea, Introducción, págs. iii-vi. Una relación<br />

<strong>de</strong> <strong>los</strong> procedimientos y <strong>de</strong>cretos <strong>de</strong>l Segundo Concilio <strong>de</strong> Nicea, 787 <strong>de</strong> J. C., convocado para instituir<br />

el culto <strong>de</strong> las imágenes, se encuentra en Baronio: Annales Ecclesíastici, tomo 9, págs. 391-407 (ed. <strong>de</strong><br />

Amberes, 1612); J. Mendham, The Seventh General Council, the Second of Nicea; C. J. v. Hefelé,<br />

Histoire <strong>de</strong>s Conciles, lib. 18, cap. 1, sec. 332, 333; cap. 2, sec. 345-352.<br />

Página 57. EDICTO DE CONSTANTINO.— La ley dada <strong>por</strong> Constantino el 7 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong>l año<br />

321 <strong>de</strong> J. C relativa al día <strong>de</strong> <strong>de</strong>scanso, era como sigue: "Que todos <strong>los</strong> jueces, y todos <strong>los</strong> habitantes <strong>de</strong><br />

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