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El Conflicto de los Siglos por Elena de White [Nueva Ed.]

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

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<strong>El</strong> <strong>Conflicto</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> Sig<strong>los</strong><br />

terminarían en el otoño, y la conclusión parecía irrebatible. En la parábola <strong>de</strong> S. Mateo 25, el tiempo <strong>de</strong><br />

espera y el cabeceo son seguidos <strong>de</strong> la venida <strong>de</strong>l esposo. Esto estaba <strong>de</strong> acuerdo con <strong>los</strong> argumentos<br />

que se acaban <strong>de</strong> presentar, y que se basaban tanto en las profecías como en <strong>los</strong> símbo<strong>los</strong>. Para muchos<br />

entrañaban gran po<strong>de</strong>r convincente <strong>de</strong> su verdad; y el "clamor <strong>de</strong> media noche" fue proclamado <strong>por</strong> miles<br />

<strong>de</strong> creyentes.<br />

Como marea creciente, el movimiento se extendió <strong>por</strong> el país. Fue <strong>de</strong> ciudad en ciudad, <strong>de</strong> pueblo<br />

en pueblo y hasta a lugares remotos <strong>de</strong>l campo, y consiguió <strong>de</strong>spertar al pueblo <strong>de</strong> Dios que estaba<br />

esperando. <strong>El</strong> fanatismo <strong>de</strong>sapareció ante esta proclamación como helada temprana ante el sol naciente.<br />

Los creyentes vieron <strong>de</strong>svanecerse sus dudas y perplejida<strong>de</strong>s; la esperanza y el valor reanimaron sus<br />

corazones. La obra quedaba libre <strong>de</strong> las exageraciones propias <strong>de</strong> todo arrebato que no es dominado <strong>por</strong><br />

la influencia <strong>de</strong> la Palabra y <strong>de</strong>l Espíritu <strong>de</strong> Dios. Este movimiento recordaba <strong>los</strong> períodos sucesivos <strong>de</strong><br />

humillación y <strong>de</strong> conversión al Señor que entre <strong>los</strong> antiguos israelitas solían resultar <strong>de</strong> las<br />

reconvenciones dadas <strong>por</strong> <strong>los</strong> siervos <strong>de</strong> Dios. Llevaba el sello distintivo <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> Dios en todas las<br />

eda<strong>de</strong>s. Había en él poco gozo extático, sino más bien un profundo escudriñamiento <strong>de</strong>l corazón,<br />

confesión <strong>de</strong> <strong>los</strong> pecados y renunciación al mundo. <strong>El</strong> anhelo <strong>de</strong> <strong>los</strong> espíritus abrumados era prepararse<br />

para recibir al Señor. Había perseverancia en la oración y consagración a Dios sin reserva. Dijo Miller<br />

al <strong>de</strong>scribir esta obra: "No hay gran manifestación <strong>de</strong> gozo; no parece sino que éste fuera reservado para<br />

más a<strong>de</strong>lante, para cuando cielo y tierra gocen juntos <strong>de</strong> dicha in<strong>de</strong>cible y gloriosa. No se oye tampoco<br />

en ella grito <strong>de</strong> alegría, pues esto también está reservado para la aclamación que ha <strong>de</strong> oírse <strong>de</strong>l cielo.<br />

Los cantores callan; están esperando po<strong>de</strong>rse unir a las huestes angelicales, al coro <strong>de</strong>l cielo.... No hay<br />

conflicto <strong>de</strong> sentimientos; todos son <strong>de</strong> un corazón y <strong>de</strong> una mente." -Bliss, págs. 270, 271.<br />

Otra persona que tomó parte en el movimiento testifica lo siguiente: "Produjo en todas partes el<br />

más profundo escudriñamiento <strong>de</strong>l corazón y humillación <strong>de</strong>l alma ante el Dios <strong>de</strong>l alto cielo.... Ocasionó<br />

un gran <strong>de</strong>sapego <strong>de</strong> las cosas <strong>de</strong> este mundo, hizo cesar las controversias y animosida<strong>de</strong>s, e impulsó a<br />

confesar <strong>los</strong> ma<strong>los</strong> proce<strong>de</strong>res y a humillarse ante Dios y a dirigirle súplicas sinceras y ardientes para<br />

obtener perdón. Causó humillación personal y postración <strong>de</strong>l alma cual nunca las habíamos presenciado<br />

hasta entonces. Como el Señor lo dispusiera <strong>por</strong> boca <strong>de</strong>l profeta Joel, para cuando el día <strong>de</strong>l Señor<br />

estuviese cerca, produjo un <strong>de</strong>sgarramiento <strong>de</strong> <strong>los</strong> corazones y no <strong>de</strong> las vestiduras y la conversión al<br />

Señor con ayuno, lágrimas y lamentos. Como Dios lo dijera <strong>por</strong> conducto <strong>de</strong> Zacarías, un espíritu <strong>de</strong><br />

gracia y oración fue <strong>de</strong>rramado sobre sus hijos; miraron a Aquel a quien habían traspasado, había gran<br />

pesar en la tierra, . . . y <strong>los</strong> que estaban esperando al Señor afligían sus almas ante él." —525 Bliss, en<br />

Advent Shield and Review, tomo 1, pág. 271 (enero <strong>de</strong> 1845).<br />

Entre todos <strong>los</strong> gran<strong>de</strong>s movimientos religiosos habidos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>los</strong> días <strong>de</strong> <strong>los</strong> apóstoles, ninguno<br />

resultó más libre <strong>de</strong> imperfecciones humanas y engaños <strong>de</strong> Satanás que el <strong>de</strong>l otoño <strong>de</strong> 1844. Ahora<br />

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