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El Conflicto de los Siglos por Elena de White [Nueva Ed.]

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

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<strong>El</strong> <strong>Conflicto</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> Sig<strong>los</strong><br />

132 (ed. <strong>de</strong> 1905) ; J. Litch, artículo en el Signs of the Times, and Expositor of Prophecy, l.º <strong>de</strong> agosto<br />

<strong>de</strong> 1840. Véase a<strong>de</strong>más el artículo en el Sings of the Times, and Expositor of Prophecy, l.º <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong><br />

1841.<br />

Página 389. LA BIBLIA NEGADA AL PUEBLO.— Durante sig<strong>los</strong> la Iglesia Católica Romana<br />

se opuso 879<br />

tenazmente a que sus fieles tuvieran acceso directo a la Biblia, prohibiendo su traducción a lenguas<br />

populares, impidiendo su lectura, y con<strong>de</strong>nando a quienes la traducían, distribuían o leían. En años<br />

recientes, sin embargo, se ha operado un cambio dramático y positivo en este sentido. Por un lado, la<br />

iglesia ha aprobado la publicación <strong>de</strong> numerosas versiones hechas a partir <strong>de</strong> las lenguas originales; <strong>por</strong><br />

otro, ha promovido el estudio <strong>de</strong> las Sagradas Escrituras mediante cursil<strong>los</strong> bíblicos y la distribución<br />

masiva. También es cierto que la Iglesia Católica sigue reservándose el <strong>de</strong>recho exclusivo <strong>de</strong> interpretar<br />

la Biblia a la luz <strong>de</strong> su propia tradición. Página 412. ACERCA DE LACUNZA.— Para obtener datos<br />

sobre la influencia que tuvieron las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Lacunza en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l movimiento adventista, no sólo<br />

en Sudamérica sino también en muchas otras partes <strong>de</strong>l mundo, véase L. E. Froom, The Prophetic Faith<br />

of Our Fathers, ed. Review and Herald, 1946, págs. 268, 280, 303-324, 425, 450, 478, 482-485, 518-<br />

520, 657; A. F. Vaucher, Lacunza un heraldo <strong>de</strong> la segunda venida <strong>de</strong> Cristo, <strong>Ed</strong>iciones Interamericanas,<br />

1970.<br />

Página 423. MANTOS DE ASCENSIÓN.— La patraña <strong>de</strong> que <strong>los</strong> adventistas hicieron mantos<br />

especiales para subir "al encuentro <strong>de</strong>l Señor en el aire," fue inventado <strong>por</strong> <strong>los</strong> que <strong>de</strong>seaban vituperar la<br />

causa. Fue propagada <strong>de</strong> modo tan ingenioso que muchos la creyeron; pero una investigación probó su<br />

falsedad. Durante muchos años se ha ofrecido una buena gratificación al que probara la veracidad <strong>de</strong>l<br />

aserto, pero hasta la fecha nadie ha podido hacerlo. Nadie que amara la venida <strong>de</strong>l Señor hubiera sido<br />

tan poco conocedor <strong>de</strong> las Escrituras para suponer que para semejante ocasión fuesen necesarias<br />

vestiduras que pudieran el<strong>los</strong> hacer. La única vestidura 880<br />

que necesitarán <strong>los</strong> santos para ir al encuentro <strong>de</strong>l Señor es la justicia <strong>de</strong> Cristo. Véase Apocalipsis<br />

19: 8. Página 423. LA CRONOLOGÍA DE LA PROFECÍA.— EL Dr. Jorge Bush, profesor <strong>de</strong> hebreo<br />

y <strong>de</strong> literatura oriental en la universidad <strong>de</strong> <strong>Nueva</strong> York, en carta que dirigiera al Sr. Miller, y que se<br />

publicó en el Advent Herald, and Signs of the Times Re<strong>por</strong>ter, <strong>de</strong> Boston, Nos. <strong>de</strong>l 6 y 13 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong><br />

1844, hizo algunas im<strong>por</strong>tantes <strong>de</strong>claraciones respecto a sus cálcu<strong>los</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> tiempos proféticos. Dice el<br />

Dr. Bush:<br />

Me parece que no hay <strong>por</strong> qué censurarle a Vd. ni a sus amigos, <strong>por</strong> haber <strong>de</strong>dicado mucho tiempo<br />

y atención al estudio <strong>de</strong> la cronología <strong>de</strong> la profecía, ni <strong>por</strong> haberse afanado tanto en <strong>de</strong>terminar las<br />

fechas <strong>de</strong>l principio y fin <strong>de</strong> <strong>los</strong> gran<strong>de</strong>s períodos <strong>de</strong> ésta. Si el Espíritu Santo indicó períodos en <strong>los</strong><br />

libros proféticos, fue sin duda con el fin <strong>de</strong> que fuesen estudiados y probablemente también <strong>de</strong> que<br />

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